MADRID, 15 Ene. (CHANCE) -
Hace unos días se hablaba de una posible segunda oportunidad en el amor entre Aitana Ocaña y Miguel Bernardeau, pero faltaba la confirmación... que ha llegado este miércoles con la revista 'Semana', que publica imágenes de la cantante de 'Las Babys' llegando a la casa del hijo de Ana Duato, y abandonándola en su compañía al día siguiente en un coche de su propiedad conducido por el actor.
Tras eso, Miguel se ha dejado ver ante las cámaras y se ha mostrado de lo más tímido a la hora de preguntarle por esta reconciliación con la cantante: "No voy a decir nada, de verdad, no lo hagas. Voy a quedarme en silencio. Nada, no. No lo hagas, por favor. No lo hagas. Os contestaré, pero cuando quiera. Por favor, ahora no, déjame. Yo sé que has estado esperando ahí, pero es que no lo voy a hacer. Lo siento", expresaba.
Sin embargo, el intérprete no podía ocultar su felicidad al ser preguntado con insistencia por Aitana y terminaba sonriendo ante las cámaras, reflejando así que está viviendo un momento muy especial.
De la vergüenza de Miguel al precio de la fama de Aitana... ya que la artista también se ha dejado ver ante las cámaras aunque con bastante dificultad, ya que ha hecho todo lo posible para que la prensa no captase ninguna imagen suya y, menos, le preguntasen sobre este tema.
Aitana ha jugado al escondite tras publicarse sus fotografías junto a Miguel cuando llegaba a un restaurante del centro madrileño en una furgoneta con cristales tintados. Al ver la presencia de la prensa, su asistente pedía al conductor que accediese a éste por el parking.
Como si fuese la mismísima Madonna, Aitana hacía todo lo posible para que fuese imposible captarla y, en un momento dado, el chófer incluso seguía las directrices de la acompañante de la cantante, quien le colocaba a ella misma en una posición complicada para que los periodistas no tuviesen visión.
Y de la misma manera se ha mostrado a la salida. Después de reunirse con Narcís Rebollo, la artista abandonaba el restaurante siendo protegida por las cámaras por las personas que le acompañan.
De esta manera, Miguel aguantaba el 'chaparrón' de la prensa tras conocerse esta segunda oportunidad y Aitana actuaba de la manera más hermética posible para evitar a la prensa captar su imagen.