MADRID, 8 Mar. (CHANCE) -
La ex estrella de fútbol americano, O. J. Simpson, duerme muy tranquilo en su celda de una prisión de Nevada a pesar del controvertido descubrimiento de un cuchillo que podría estar relacionado con el asesinato de su mujer, Nicole Brown, y el camarero Ronald Goldman. Es más, su exmanager, Norman Pardo, asegura que este hallazgo "no le quita el sueño" que podría dar un vuelco a la investigación policial del doble asesinato cometido en 2004 y del que Simpson fue absuelto.
"Todo el mundo con el que he hablado dice que hace caso omiso. No habla de ello," le comentó Pardo a la revista People. "Al oír las noticias en la televisión, todo lo que hizo fue negar con la cabeza, como diciendo, '¿Esto tiene fin?' Definitivamente se encogió de hombros y más o menos dijo: 'No voy a preocuparme por ello", añadió el representante.
El Departamento de Policía de Los Ángeles confirmaba el pasado fin de semana el análisis de un arma blanca de grandes dimensiones, entregado por un policía jubilado, al que previamente se lo había dado en el año 1998 un trabajador de la construcción que participó en las labores de demolición de la antigua mansión del deportista y su exmujer en la calle Rockingham, donde los cuerpos de los asesinados aparecieron cosidos a navajazos.
"Él (O. J.) está un poco preocupado porque si se trata de una de sus navajas y, tiene su sangre, podría afectar a su libertad condicional", explicó Norman a la publicación. La vista judicial para revisar la libertad condicional está prevista para noviembre de 2017. "Eso es realmente su único miedo. En lo personal, creo que pertenecía a un trabajador de la construcción y se cayó de su bolsillo. Honestamente, no creo que pertenezca a nadie", añadió Pardo.