MADRID, 25 Sep. (CHANCE) -
¿Amor sin límites o un amor limitado por la exposición público? La relación de Tamara Falcó e Íñigo Onieva empezó como un amor de película, impensable para muchos, pero deseado para ella. A sus 40 años encontraba a una persona con la que compartir su vida y todo parecía perfecto, hasta que empezaron a salir los primeros rumores de infidelidad por parte del empresario.
Desde el minuto cero este amor ha estado juzgado, señalado y tachado de 'imposible' por las actitudes tan desconcertantes que al parecer tiene el joven cada vez que se sumerge en la noche. Y no es que la noche le confunda, es que nadie ha tenido al acceso al seno de esa relación, a los códigos que pudieran tener, ni a cómo se ha gestado durante estos dos años ese amor que, sin quererlo, se ha ido desvaneciendo con el paso del tiempo.
Aunque los rumores de infidelidad han marcado esta relación desde el principio, lo que hemos vivido esta semana es diferente. Todavía quedan muchas preguntas sin respuestas, pero estaría bien hacer un orden cronológico de cómo han ido sucediendo los actos de estos dos tortolitos que el jueves anunciaban con felicidad su compromiso.
A principios de septiembre, la periodista Pilar Vidal publicaba el compromiso de ambos... pero no era hasta este jueves cuando Tamara e Íñigo anunciaban ilusionados por sus redes sociales que habían dado el paso de afianzar su amor ante los ojos de Dios, con un 'Sí, quiero' que reuniría a toda la aristocracia española.
Si el jueves todo eran sonrisas, el viernes dejaron de serlo. Tal y como se ha comentado en los medios de comunicación, Tamara habría recibido el dichoso vídeo a primera hora de la mañana. Horas más tarde, toda España tenía acceso a las imágenes en las que su prometido besaba apasionadamente a otra mujer.
El viernes reinaba silencio en casa de la pareja. Por la tarde, la hija de Isabel Preysler convencida -o no- de las explicaciones de su pareja, decidía acudir a una boda acompañada por él, aunque cabe destacar que en un primer momento la idea era acudir de forma solitaria. Una estrategia que ambos decidían seguramente para acallar los rumores y para salir a demostrar ante todas las cámaras que su amor continuaba.
Lo que no sabía Tamara es que las palabras de Íñigo iban a tener una repercusión distinta a la que ellos esperaban. Imaginamos que la idea de ambos era que con las declaraciones del empresario se acabaría todo, pero con lo que no contaron es que una mentira, no se tapa con más. Horas más tarde, la hija de la Preysler tenía a toda España sacando pruebas de lo que ella, probablemente, no quería ver.
La canción que sale en el vídeo es de este año, la ropa que lleva su prometido es de este año, los amigos de Íñigo tienen todavía en sus stories vídeos del mismo momento -aunque sin beso- y las fechas no engañan... Una situación mediática que presionaba a Tamara para que tomara una decisión.
La Marquesa de Griñón ha sufrido una humillación pública con todas las letras. Esto no son rumores, son unas imágenes que dejan en muy mal lugar a Íñigo 24 horas después de anunciar su compromiso... En lo privado puedes tomar decisiones, acertadas o menos acertadas, pero Tamara camina de la mano con la opinión pública, ¿quién va a creerse el juramento de amor eterno tras estas imágenes? Está claro, ha pagado un precio muy alto. Ser 'hija de' y tener personalidad en los medios, en el grado de nuestra protagonista, te abre muchas puertas, pero también te las cierra.