MADRID, 10 Jul. (CHANCE) -
Después de meses de preparativos y de una expectación mediática sin precedentes, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han sellado su amor con una boda que ha durado tres días y que tardaremos mucho en olvidar. El pistoletazo de salida al fin de semana del 'sí quiero' tenía lugar el viernes con una preboda para los invitados más jóvenes en el madrileño hotel Ritz, uno de los centros neurálgicos del enlace del año.
Una fiesta que se alargaba hasta altas horas de la madrugada -en el caso del novio, según las 'malas lenguas- y que continuaba el sábado con la ceremonia en la que la pareja se juraba amor eterno en el altar. Una boda de las que marcan época que reunía en el palacio El Rincón a 400 invitados y de la que, gracias al reportaje publicado en exclusiva por la revista ¡Hola! este lunes conocemos ya la mayoría de los detalles, como los vestidos que la marquesa de Griñón eligió para darle el 'sí quiero' al hombre de su vida.
Y poniendo el broche de oro a tres días de intensas celebraciones en las que el amor de la pareja se ha convertido en el absoluto protagonista, Tamara e Íñigo obsequiaban a un reducido grupo de afortunados -sus amigos más cercanos- con un brunch post boda en el hotel Ritz, donde los recién casados pasaron su noche de bodas.
Además de las íntimas de la socialité, como Casilda y Anita Finat, Huga Rey o Andrea Gómez-Acebo Finat, también asistieron a este almuerzo informal 'Los Curris', la pandilla de Onieva, encabezada por Yago Antón, marido de Casilda Aguilera, y Christian Flórez, prometido de Luisa Bergel, una de las personas más allegadas a la pareja. Destacó la ausencia de sus familiares, puesto que por el hotel tan solo vimos desfilar a los hermanos de Íñigo, Alejandra y Jaime Onieva, llamando la atención que ni Chabeli, ni Julio José ni Ana Boyer arropasen a Tamara en un día tan especial para ella.
Tras varias horas de celebración, y bien entrada la tarde, los flamantes recién casados salían del hotel para comenzar, ahora sí, su vida de casados. Con una inmensa sonrisa, y confesando que estaban muy felices, Tamara -radiante con un vestido de Johanna Ortiz blanco roto con estampado verde- e Íñigo subían a un coche y abandonaban el lugar evitando revelar cuándo se irán de luna de miel, se rumorea que a Australia.
Y de allí la pareja se dirigía directamente a la mansión de Isabel Preysler en Puerta de Hierro para pasar su segunda noche como casados. En lugar de apostar por la tranquilidad del piso que comparten en el centro de Madrid, la marquesa y su marido han preferido dar el pistoletazo de salida a su vida marital con la familia de Tamara.
La residencia de la 'reina de corazones' es un hervidero de actividad estos días gracias a la visita de Julio José, Chabeli y Christian Altaba con sus hijos Alejandro y Sofía, Ana Boyer y Fernando Verdasco con sus pequeños Miguel y Mateo, y la familia que vive en Filipinas y que ha viajado a Madrid para asistir a la boda. Con ellos han 'inaugurado' su vida de recién casados, pasando la noche en la mansión, donde ultiman los preparativos para irse, en las próximas horas, de luna de miel.
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