MADRID, 15 Dic. (CHANCE) -
Toño Sanchís vive sus horas más bajas desde que se descubriera el presunto fraude a Belén Esteban, de hasta un millón de euros, destapándose sus artimañas en sus nueve años de relación profesional y personal. Mientras recibe buena parte de las críticas de la sociedad española, se mantiene en la sombra para sujetar los cimientos de su agencia de representación, Lorant.
Precisamente el pasado lunes el conocido manager se personaba en su oficina, la misma que deberá abandonar dentro de pocos días. Debía haber realizado la mudanza semanas atrás aunque le dieron una tregua debido a su inesperado y sorprendente ingreso hospitalario por ingesta de pastillas.
Al contrario que en días anteriores, Toño Sanchís ha decidido hacer voto de silencio, evitando pronunciarse sobre la situación legal a la que se enfrenta con la Princesa del Pueblo. Con el semblante serio y con la mirada oculta tras unas modernas gafas de sol, agradeció a los medios el interés mostrado.
Hasta allí se acercaron el que fuera su socio, Agustín Etienne y su actual pareja, Arantxa de Benito, quienes han decidido mantenerse en silencio, haciendo gala de su absoluta discreción.