Álex Rovira, colaborador semanal de la Cadena SER y de CNN+, y Francesc Miralles, especialista en psicología y espiritualidad y guionista de radio y televisión, acaban de presentar su libro "Un corazón lleno de estrellas", toda una historia entrañable llena de esperanza. Una invitación a despertar lo más sublime y poderoso que anida en nosotros mismos. Un libro imprescindible que nos enseña a volar hasta los confines de un universo donde la luz del amor todo lo puede a través de un viaje por las diferentes dimensiones del corazón. Todas las clases del amor más incondicional, están en esta historia Bienvenido a la aventura más bella del mundo: amar.
"Un corazón lleno de estrellas" nos lleva hasta el año 1946, a Selonsville, un pueblecito en los Alpes. La crudeza de un invierno largo y frío se resiste a abandonar la ciudad que se recupera de las heridas de la guerra. En un orfanato, Michel y Eri, amigos inseparables, contemplan desde el tejado el cielo nocturno. Ninguno de los dos sabe que, a la mañana siguiente, Eri no despertará. Ha entrado en coma profundo y los médicos son incapaces de encontrar una solución que le devuelva la vida. Sólo Michel podrá cambiar el destino de la niña guiado por los consejos de una sabia anciana. El pequeño tendrá que localizar a nueve personas y confeccionar con retales de su ropa un corazón. Pero para que éste funcione necesita encontrar el secreto del amor ilimitado, que se esconde en lo más profundo de su alma.
- ¿Un corazón lleno de estrellas es su segunda colaboración tras El laberinto de la felicidad? ¿Cómo ha sido repetir la experiencia?
Para los dos ha sido un lujo y un placer. La verdad es que trabajar juntos siempre es motivo de alegría para los dos. Nos complementamos muy bien, somos grandes amigos, tenemos valores y visiones muy compartidas y es bastante insólita la fluidez con la que fluye nuestro tandem.
- ¿Qué lugar ocupa el amor en la construcción de la felicidad personal?
Es esencial, y sin duda ocupa el primer lugar. Somos seres relacionales, necesitamos amar y sabernos amados no sólo para experimentar la alegría o la felicidad, sino para encontrar un sentido a la vida. Como decía nuestro admirado y común maestro Víctor Frankl, si le preguntamos a un ser humano porqué no se suicida, siempre responde lo mismo: por amor; por amor a alguien o por amor a algo. Amar y crear es lo que nos procura la plenitud y lo que da sentido a nuestra vida. Lo mejor del amor, además, es que sus objetos pueden ser ilimitados: pareja, padres, hijos, amigos, libros, música, museos, artes, naturaleza (árboles, flores, mar, montaña, gatos, perros, caballos...), países, experiencias, todo, absolutamente todo cabe bajo el paraguas del amor. Y además el amor puede experimentarse como una paleta de un pintor, con infinidad de matices y contrastes: desde la pasión hasta la ternura, desde el perdón hasta la gratitud, incluso los sentimientos tóxicos son tantas veces amor vuelto al revés, ¿qué es sino la rabia o la tristeza más que una reacción del amor que se siente traicionado o perdido? Estamos vivos por la pasión de nuestros ancestros, por infinitas dimensiones del amor. El amor está en todo, disfrazado de infinitas maneras. Además el pensamiento nos lleva a pensar, a razonar, a concluir, pero lo que nos lleva a actuar es siempre, el amor. Ya lo decía Platón, "no hay persona, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor". De eso va nuestro libro, del héroe desconocido que todos llevamos dentro y que se despierta gracias al amor. Y, además, lo que tiene de maravilloso el amor es que, aunque no lo haya, siempre podemos ponerlo, y si lo ponemos, lo encontraremos, quizás no del modo esperado, pero estamos de acuerdo con lo que dijo Públio Virgilio Marón: "el amor todo lo vence".
- ¿Por qué hay ciertos tipo de amor de los que habla el libro como el amor a los animales o a la naturaleza de los que nos solemos olvidar?
Quizás porque sólo los apreciamos cuando los perdemos. Es lo que tiene la pérdida del objeto amado, cuando se produce, uno toma consciencia del extraordinario valor que tenía aquello que convivía con nosotros de manera obvia, tan obvia, que la obviamos. El amor es como el aire: es esencial, imprescindible para la supervivencia, la salud y la vida, pero sólo lo valoramos cuando nos ahogamos, cuando está tan contaminado que vemos que lo vamos a perder. Ojalá los humanos fuéramos mucho más conscientes del valor del amor, porque estamos convencidos de que sólo el amor es el elemento alquímico verdadero.
- ¿Cuál es la cura para alguien que como la protagonista no encuentre sentido en la vida?
A veces, cuestionarnos por qué merece la pena dar el siguiente paso o vivir, nos ayuda a darnos cuenta aquello que amamos, y como decíamos antes, quizás el sentido de la vida nos lo da el objeto amoroso. Por ejemplo, ¿ qué no haríamos para paliar el sufrimiento de un hijo? O ¿qué hacemos cuándo nos enamoramos? O ¿no es cierto que la pasión nos da una energía ilimitada, increíble? Quizás nos detenemos poco a meditar y a agradecer aquello que nos rodea y que amamos. A veces, las crisis, son grandes oportunidades para tomar consciencia de lo que realmente amamos y vale la pena. Allí está la cura a muchos de nuestros males, saber qué merece realmente la pena en la vida porque lo amamos.
- La trama está protagonizada por un niño que es buscador incansable de los distintos tipos de amor incondicional. ¿Es en la infancia el momento en el que mejor aprendemos a amar?
Sin duda la infancia es el momento en el que aprendemos lo que es el vínculo, la ternura, el afecto, el cuidado. Nuestro corazón se llena con el amor que recibimos en la infancia, desde que nacemos, y esa es luego nuestra reserva energética espiritual y afectiva a la que necesitamos recurrir, cuando ya siendo adultos, tenemos que enfrentar adversidades, desamores, crisis... ¿quién no se ha perdido en un recuerdo agradable de la infancia para soportar un presente doloroso? Los besos de la madre y el padre, sus abrazos, la ternura recibida cuando somos niños es la que esculpe nuestro modo de interpretar y relacionarnos emocionalmente cuando somos adultos.
- El personaje de Herminia, la anciana mendiga que ayuda al protagonista ejerce de hada madrina en esta historia. ¿Es necesaria siempre la ayuda de los demás para alcanzar nuestros propósitos?
No somos islas, somos racimos de afecto. Nos construimos gracias a los referentes que nos acompañan. Sí, es necesario no sabernos solos. Y aunque el otro jamás tiene el poder de cambiarnos, sí lo tiene de acompañarnos, inspirarnos, apoyarnos, motivarnos, provocarnos, y ayudarnos a ser quienes estamos llamados a ser, si esa es nuestra voluntad y demanda.
- (A Álex Rovira) Un corazón lleno de estrellas surge de una vivencia personal a consecuencia de la enfermedad de su hija recién nacida, en la que cientos de personas de Japón le dieron todo tipo de muestras de apoyo y de cariño. ¿Cómo fue esta experiencia?
Fue una experiencia extraordinaria, en el sentido literal, fuera de lo común. Me di cuenta de lo que refleja en esencia el libro, que nuestro ser, lo que nos da vida, lo que nos anima, nuestra alma, se construye gracias a lo mejor que nos brindan y regalan los demás. Que nuestro corazón late gracias a que hay otros corazones que nos regalan sus latidos. Que el amor es la mejor medicina, y que la vida tiene sentido para aprender y para amar, para aprender a amar. Quizás ese es el último propósito por el que estamos aquí. Ojalá el libro sea una provocación para ello.