MADRID, 26 Mar. (CHANCE) -
Vivimos en una época de preocupación constante por nuestra imagen exterior. Los avances de los medios de comunicación y las redes sociales, hacen que una de nuestras principales inquietudes sea la imagen que proyectamos a los demás. Sin embargo, ¿nos preocupamos de igual modo de nuestro interior?
La obsesión por lo externo, por cómo nos ven los demás, hace que en ocasiones se produzca una pérdida de valores y no nos preocupemos de cómo nos encontramos por dentro. La cuestión es que no nos damos cuenta de que el sentirnos bien con nosotros mismos y en consonancia con lo que queremos, nos ayudará a reflejar una mejor imagen de cara al exterior.
Hay estudios científicos que demuestran que nuestro propio ADN sufre modificaciones debido a las exposiciones externas, por lo que una actitud positiva produce cambios positivos en nuestro organismo. De qué nos sirve prepararnos para tener un 'cuerpo diez' si luego no sabemos controlar nuestras emociones, nuestros miedos o nuestros bloqueos. Estamos programados con un software de serie con muchísimos avances, pero si no nos preocupamos de actualizarlo se nos quedará obsoleto. Por eso el coaching es una herramienta muy útil que nos puede ayudar a encontrar la mejor manera de gestionar nuestra propia vida para que sea lo más feliz posible. El ser humano se pasa media vida buscando la felicidad y difícilmente la encontrará si no sabe realmente definir qué es para cada uno la felicidad.
Hay que tener en cuenta que lo que para mí puede ser un problema, no tiene por qué serlo para los demás. Por eso desde el coaching pensamos que la propia persona ha de tener sus propias herramientas para resolver sus conflictos. En la escuela nos enseñan conocimientos, en nuestras casas nos inculcan educación y valores, pero ¿Quién nos enseña a enfrentarnos a todas esas dificultades que nos van surgiendo por el camino? Si nosotros tenemos la capacidad de aprender herramientas para diseñar nuestro futuro, seguramente éste se acerque mucho más a aquello que hemos soñado.
Debemos aprender que el mundo no es solamente lo que vemos y que si no sabemos explorarlo, seguramente no podremos salir de nuestra zona de confort y aprender cosas nuevas. Vivencias que nos hagan sentir que estamos haciendo lo que queremos hacer, además de lo que debemos. Desde pequeños nos dicen: "¡Tienes que hacer esto!", "¡Debes hacer lo otro!". Órdenes, que si no les encontramos un sentido, no les daremos la importancia que se merecen.
La única diferencia que tenemos con los animales es que nosotros somos seres racionales. Nuestro cerebro funciona de una forma impulsiva por naturaleza y el ser humano le proporciona esa diferencia que llamamos razón. Si yo creo que no soy capaz de hacer algo, posiblemente no encuentre razones para intentarlo. Con esto no quiero decir que todo lo que deseamos podremos conseguirlo, sino que si al menos lo intentamos y no lo conseguimos, seguramente nuestra frustración será menor y nos encontraremos mejor.
El coaching en la etapa de la adolescencia puede proporcionar a nuestros hijos las herramientas adecuadas para poder gestionar sus emociones. Si desde este momento aprenden a tener una visión objetiva de lo que ocurre, a tomar decisiones consecuentes, a conocer sus fortalezas y áreas de mejora, en definitiva a ser ellos mismos, cuando se tengan que enfrentar a la vida seguramente sepan encontrar la llave que les abra la puerta de su felicidad. "Yo recuerdo la primera vez que me subí a un coche en la autoescuela. Aquello me parecía imposible, tres pedales, dos pies, tres espejos, intermitentes, marchas. Creía que nunca iba a conseguir manejarlo. Hoy en día conducir me resulta una actividad agradable de la cuál disfruto. Lo único que ha cambiado es que no he parado de practicarlo", asegura Nano López coach experto en Adolescentes y padres socio director de Inside You.
El coaching no es otra cosa que un proceso de aprendizaje y autoconocimiento que nos acerca a nosotros mismos. Utilicemos esta herramienta incorporándola en nuestra vida cotidiana para no entrenar sólo nuestro físico, sino también nuestra mente. Seamos felices con nuestro interior.
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