La Garganta de los Infiernos, un espectáculo natural en el valle del Jerte

Los Pilones
EP
Actualizado: jueves, 6 mayo 2010 13:00

La Garganta de los infiernos es una Reserva Natural situada en el Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, al extremo sur de la sierra de Gredos. Destaca por ser un hermoso paisaje de agradable clima, con inviernos no muy fríos y veranos no muy calurosos.

La Reserva Natural es conocida por su enorme red hidrográfica, llena de saltos de agua y piscinas naturales, arroyos, cascadas y pozas creadas por la erosión del río.

Su clima permite que en el Valle de Jerte existan diversas especies de fauna y flora, como el bosque caducifolio, bosque de ribera, piornales serranos o pastizales alpinos, y diversas especies animales muy distintas entre sí, debido la diversidad de sus microclimas.

La roca madre de la Garganta es una gran masa de rocas eruptivas formadas a gran profundidad, que se originó hace unos 300 millones de años y se modificó estructuralmente hace 40 millones de años.

Las principales rocas que pueden encontrarse en la zona son granitos y gneis.

Historia del Valle

La caza y la pesca es abundante en el Valle del río Jerte, lo que hizo que tribus de pastores nómadas se quedarán en este valle asentados con sus ganados.

El nombre del río Jerte proviene de la época de la invasión árabe, que a su paso por el valle le dio el nombre de Xerete, es decir, el de aguas cristalinas.

Años más tarde, cuando reinaba Alfonso VIII de Castilla, allá por el año 1196, este fundó la ciudad de Plasencia.

Ya en el siglo XVI, Carlos V pasó por el Valle de Jerte atravesando la Garganta de los

Infiernos por el Puente Nuevo y el Collado de las Yeguas en su camino hacia la Vera. Con motivo de esta ruta histórica. El camino por donde pasó el Emperador recibe el nombre de Ruta de Carlos V.

A lo largo del siglo XIX, el cerezo se va perfilando como árbol imperante entre los frutales del valle. En la actualidad la economía del Valle del Jerte se rige por el

monocultivo del cerezo, un símbolo de la comarca que se celebra con la Fiesta del cerezo en flor, que cada año atrae a numerosos visitantes.

Ya en el año 1994, La Garganta de los Infiernos es declarada Reserva Natural.

Interés turístico y cultural

En la Garganta de los Infiernos destacan principalmente los tramos del río donde, aparecen las espectaculares "Marmitas de Gigante" e impresionantes saltos de agua en el paraje de "Los Pilones", uno de los más destacados del valle. La gran fama de la Garganta de los Infiernos se atribuye sobre todo a esta zona, en la que abundan los saltos de agua y las cascadas, junto a las grandes pozas, fruto de la erosión del cauce del río en la roca. Sus aguas cristalinas en verano hacen de este un lugar ideal para disfrutar de un paseo por el bosque y de un refrescante baño en las pozas.

Junto a los cauces de agua podemos encontrar bosques de alisos, fresnos y sauces, que crecen frondosos con la humedad de la garganta y son especiales para cobijarnos bajo una agradable sombra.

En la Reserva Natural también se pueden ver tres glaciares, "Glaciar de San Martín", "Glaciar de La Serrá" y "Glaciar de Asperones". El paisaje se extiende por el Jerte, Tornavacas y Cabezuela, ubicada al norte de la sierra de Tormantos y al sur de la sierra de Gredos, es al oeste de estas formaciones montañosas donde la garganta entronca con el río Jerte. El techo de la Reserva Natural lo forman la Cuerda de los infiernillos y el Cerro del Estecillo, bordeando el valle glaciar de la Garganta de la Serrá.

El Valle de Jerte cuenta también con un rico patrimonio cultural. Si hablamos del trazado ribereño y del modelo serrano, nos referimos a los modelos fundamentales de la estructura urbana del valle, determinados por la ubicación de los núcleos esparcidos por las cumbres y laderas.

El tipo ribereño es un modelo de pueblo-calle que, es fruto de la angostura del

terreno, una larga calle y plazuelas abiertas junto a los principales edificios de los

pueblos que, suelen ser el ayuntamiento y la iglesia. Este tipo podemos encontrarlo en Tornavacas y Jerte. En Cabezuela podemos encontrar una forma triangular y varias

calles principales cortadas por otras más pequeñas. Una construcción que se fue adaptando a las irregularidades del terreno.

En la arquitectura también encontraremos diferentes tipos de casas, que se diferencian entre la casa solariega y la casa popular. La primera podemos situarla en el periodo renacentista, construcciones señoriales imitando palacetes, casas con fachada de piedra labrada, dinteles con leyendas y escudos, entre las que destacan los palacios episcopales de Tornavacas y Cabezuela.

Por el contrario, la casa popular es la construida con finalidad agropecuaria. Con una bodega en la planta baja, una cuadra y un corral.

Otras construcciones curiosas de la zona son los tinaos, también conocidos como casillas, la construcción pecuaria por excelencia de los prados del valle. Suelen ser cobertizos de piedra y madera.

Las majás son construcciones también características de la zona que, se utilizan para la actividad ganadera y de vivienda para el cabrero.

Los guanjos son unos peculiares cobertizos que aprovechan el declive el terreno donde, antaño se resguardaban los carboneros mientras vigilaban la combustión de las carboneras.

En medio de la campiña se levantaban enormes casonas donde vivía la familia que cuidaba la heredad, a estas casas se les llama caserías.

Un elemento importante dentro del paisaje del valle son los aterrazados de piedra, a los que denominan Bancales. Mediante estos muros construidos en seco, se retiene la tierra fértil, permitiendo así el cultivo en zonas donde la tierra fértil desaparecería por los efectos de la lluvia en pocos años.

También son de gran interés las fiestas típicas del valle de Jerte y las antiguas tradiciones que aún hoy se conservan.

Podemos destacar el festejo denominado "Correr de los machos". Se trata de una

fiesta de gran simbolismo viril, cada año la nueva quinta de mozos se pasea por las calles entrando a las tabernas y bares con un macho cabrío que, come y bebe lo

mismo que el joven que lo lleva. El macho cabrío, adornado con cintas de colores,

pañuelos, cencerros y campanillas, acaba el día cocinado y comido en una gran fiesta.

En las Rondas, otra fiesta tradicional, los quintos recorren el pueblo cantando y bebiendo vino y ponche y ofreciendo a los vecinos.

El Martes de Carnaval se celebra la fiesta de "Correr los gallos" que, consiste en colgar a un gallo de una soga atada de extremo a extremo de una calle. Los participantes a pie o montados a caballo intentan decapitar al animal y por la noche se lo comerán en un festejo donde también se comen dulces tradicionales como floretas y turrillo.

Más tranquila es la fiesta de la Gitanería tornavaqueña, un elegante y vistoso desfile por la calle Real de parejas a lomo de caballos y vestidos con los trajes regionales de la comarca.

Actividades

En la Reserva Natural se pueden realizar distintos deportes de montaña, bonitas rutas en bicicleta o a caballo, parapente, pesca o escalada y disfrutar de un baño en las piscinas naturales, además de senderismo, con diferentes rutas a través de la reserva y con distinta dificultad. Desde la ruta de la alta travesía, de una dificultad alta, que va del Puerto de Tornavacas hasta Guijo de Santa Bárbara, con un recorrido de 20 kilómetros y una duración de entre 8 y 9 horas, hasta la ruta la ruta del río Jerte, una de las más sencillas, con 2,5 kilómetros de recorrido y tiene una duración de sólo 40 minutos.