Ismael Serrano y Jimena Ruiz Echazú llevan al teatro las historias que cuentan a su hija

Ismael Serrano y Jimena Ruiz Echazú llevan al teatro las historias que cuentan a
CEDIDAS POR OLIVERIO Y LA TORMENTA - Archivo
Actualizado: jueves, 4 abril 2019 13:51

   MADRID, 3 Abr. (CHANCE) -

   El cantautor Ismael Serrano y Jimena Ruiz Echazú acaban de cumplir ocho años de casados y para celebrarlo han llevado el espectáculo de su familia sobre las tablas del Teatro Cofidis Alcázar de Madrid. Después del éxito de 'Oliverio y la tormenta', Emma y su amigo roedor regresan un año más.

   Jimena acaba de terminar una etapa de episodios de Emma y Oliverio. Es una apasionada del ukelele y le encanta escribir para teatro y especialmente para Emma y Oliverio. Espectáculo reestrenando tras una gira en Argentina.

   Jimena nos confiesa que la obra surgió con su marido, Ismael Serrano se la contaba a Lila, la hija de la pareja que ahora tiene cinco años, y se animaron a llevarla hasta al gran público comprobando que era todo un éxito. Esta divertida historia para toda la familia estará todos los sábados de abril -6,13 y 27- en el Teatro Cofidis Alcázar con 'Oliverio y la tormenta' y la propia Jimena nos desvela cómo surgió y por qué.

P: ¿Qué echabas de menos en esos espectáculos de los que me hablas?

   R: Un lenguaje un poco más respetuoso hacia el niño, quizá. A veces se cae en un cliché de tratar como tontos a los niños, y que parece que hay que bajar cinco niveles el intelecto para que lo entiendan y los niños son muy inteligentes, sensibilidad, y un poder imaginativo bestial y se le puede hablar como lo que es, una persona bajita y que es un espectador maravilloso, y cuando se le habla con respeto en ese tono el niño responde muchísimo.

   Como clown entrenada, hay una gran diferencia entre payaso y payasada. Y desde luego no nos gustaría que le hablasen así a nuestra hija. Nosotros hablamos de tú a tú con los niños. Sí que merece la pena ese experimento entrecomillado. No hace falta tratarles como seres inferiores. Son unas grandes fuentes de sabiduría y sobre todo rebosan de una gran sensibilidad, de un gran emocionario a los que hay que acompañar y tratarlos con respeto y sobre lo que les pasa. Aquí tratamos el miedo a la oscuridad y a la lluvia pero puede ser a cualquier otra cosa.

   Muchas veces al niño se le critica y se le negativiza lo que puede llegar a sentir, sus miedos cuando los adultos tenemos miedos también y como que tenemos todo muy estructurado conforme a lo que nos vaya a pasar. Y en el fondo hay que decirles que estamos aquí para escucharte, para entenderte acompañarles, y para buscar juntos la solución y ayudarles y superar esta tormenta.

   P: Tu hija tiene 5 años, ¿os vais a quedar en esta etapa en vuestros shows o vais a ir fluyendo?

   R: Hoy por hoy, está muy esquinada en esta etapa de la infancia y me emociona por lo que te decía que son puro gozo, pura sabiduría. Aun así el espectáculo lo han visto niños como nuestros sobrinos de 8 a 12 y son los que más lo han disfrutado. A todo este proyecto teatral hay un proyecto musical donde estoy editando discos y que sean para disfrutar en familia, o juntos o por separado. Pero, si cuando la niña tenga 15 años surge pues estaremos abierto porque el arte está en continuo movimiento.

   P: Es que parece que los adolescentes son los grandes olvidados...

   R: Es un pez que se muerde la cola. Hay un tema como que parece que al adolescente no le gusta pero lo cierto es que no hay oferta, y yo creo que esto viene de arrastrar que hay menos cultura del teatro infantil y claro y cuando llegan a la adolescencia si no tienes contacto... Sin embargo, si lo has vivido, lo vas a pedir.

   Alvaro Morte y su mujer Blanca Clemente tienen su compañía 300 pistolas donde adaptan los clásicos teatrales y en el teatro Kamikaze tienen cosas para los chavales contra el bullying. Los chavales van con el colegio y se sorprenden... pero sí que es cierto que no hay una gran oferta para los adolescentes.

P: ¡Qué maravillosa admiración te profesa tu marido!

   R: Nadie me vende como Ismael.

   P: ¿Qué te aporta Ismael?

   R: Yo crecí con un padre músico no profesional, y empecé ahí pero luego me dedique más a la interpretación. Con Ismael, me di el gustazo de revivir esa cuenta que tenía con la música. Podía decir que cada uno por su lado, pero tiene la generosidad de compartir su nombre y su talento conmigo y viéndolo en el escenario aprendo mucho de él.

   Ismael es un compañero maravilloso tanto de vida como de equipo. Y trabajamos muy bien. Este experimento nos podía haber salido muy mal, porque ya se sabe que esto de trabajar en conjunto nunca se sabe por donde puede salir.

   Pero él confía mucho en mi y yo confío mucho en su ojo infinitamente y nos ponenos los dos en las manos del otro sin pensarlo y lo que dice el otro, se cierra los ojos y se salta y está esa posibilidad de saltar con tranquilidad. Y además, de seguir creciendo en esto de la música y del teatro y hasta donde quiera llegar este proyecto de Emma y Oliverio. Sacaremos un tercer disco a finales de año, y después vendrá un concierto.

   Yo tengo unos años de profesión más interrumpida, pero él tiene un carrrerón y él todo lo controla y es una pasada verle trabajar y te pone pilas para tirar hacia delante y poner el hombro a lo que haga falta.

P: ¿Qué dice vuestra hija entre tanta música y de Oliverio?

   R: Ella lo ve como un amigo de mamá. A veces, se enfada cuando hay viajes. Todos los músicos tienen devoción por Lila. Esta niña está teniendo una infancia que más quisiera uno. Y a ella le vibra mucho la danza y el ballet. Escucha música y se pone a bailar. Tiene muchos instrumento en casa para que explore y si de mayor quiere artista muy bien.

P: ¿Por qué el ukelele?

   R: Para mi es un compañero transportable, muy amigo, muy compañero y muy divertido de tocar. Yo me Lo paso pipa con mi ukelele.

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