MADRID, 5 Dic. (CHANCE) -
Después de realizar un evento con Yamaha en Delhi, Jorge Lorenzo viajó el martes hasta el sur de la India para pasar 48 horas muy especiales dentro de la Fundación Vicente Ferrer, conviviendo con los visitantes y voluntarios que ayudan de una manera u otra a seguir el proyecto que hace 46 años inició Vicente Ferrer en la zona de Andhra Pradesh, concretamente en la localidad de Anantapur.
Moncho Ferrer, que desde la muerte de su padre ha continuado con el proyecto junto a su madre, Anna Ferrer, acompañó a Jorge en casi todas sus visitas. El jueves día 3 visitaron el Hospital pediátrico de Bathalapalli, uno de los tres hospitales que la Fundación ha construido desde sus inicios. Luego Jorge pudo comprobar como trabajan y ayudan a los niños con parálisis cerebral y más tarde visitó el orfanato, donde las niñas le dedicaron un baile y algunas canciones.
Después, Jorge y Moncho acudieron al centro deportivo Special Olympics, donde los niños con discapacidades pudieron jugar tanto a bádminton como a tenis de mesa con Jorge, que se lo pasó en grande y pudo hablar con algunos de los voluntarios españoles que trabajan durante meses. Las ganas de los niños por practicar deportes a pesar de las dificultades cautivaron a Jorge, que los animó a seguir mejorando día a día.
Para acabar la primera jornada en Anantapur y Bathalapalli, Moncho acompañó a Jorge hasta el lugar de descanso del Padre Vicente Ferrer. Jorge quedó realmente impactado por el simbolismo que transmite el lugar y por ver el respeto infinito que todos los habitantes de la zona tienen por el trabajo de la Fundación y en concreto por la figura del Padre Ferrer.
Durante el segundo día de visitas, Jorge Lorenzo y Moncho Ferrer llegaron hasta Atmakur, lugar donde otro mallorquín, Rafa Nadal, también colabora con una escuela de tenis, de hockey y de cricket. Allí Jorge volvió a jugar con los niños que practican deporte desde las 6 de la mañana y pudo regalar algunos objetos de merchandising y camisetas.
Para finalizar dos días intensos, de mucha carga emocional, Jorge acudió a lo que se conoce como Centro de Artesanías, donde las mujeres fabrican con sus propias manos souvenirs y todo tipo de objetos con el fin de tener una independencia económica fuerte.
Antes de regresar a Europa, Moncho Ferrer invitó a comer a Jorge Lorenzo a su casa dentro de la Fundación, y el deportista explicó cómo se había sentido durante esta emocionante visita: "Muchas veces a los deportistas nos tratan como héroes por hacer bien nuestro trabajo pero cuando ves las cosas que ha hecho Vicente Ferrer en la India y todo lo que sigue haciendo su hijo Moncho con la ayuda de tantos voluntarios te das cuenta que ellos son los héroes de verdad. Los deportistas no cambiamos el mundo, pero ellos si que lo hacen. Su trabajo es admirable, hacen posible lo que para la mayoría es imposible. Poder ver en primera persona algunas de las cosas más importantes que hacen con los niños, las mujeres y las famílias con más necesidades te deja absolutamente de piedra. En Anantapur las palabras como humildad, trabajo, voluntad, perserverancia, solidaridad cobran un sentido real y especial. Espero seguir colaborando con la Fundación Vicente Ferrer próximamente y seguro que no será la última vez que visite Anantapur. Que un español haya sido capaz de hacer algo tan grande en la India nos tiene que hacer sentir muy orgullosos y te demuestra que no hay que rendirse nunca. Ha sido una experiencia única, algo inolvidable y recomendable en todos los sentidos".