MADRID, 24 Abr. (CHANCE) -
Los dentistas recomiendan cepillar los dientes después de cada comida, pero el frenético ritmo de vida, las comidas fuera de casa e incluso la pereza hacen que más del 30% de los adultos españoles no se cepillen los dientes ni siquiera dos veces al día. Un mal ejemplo que cunde entre el 20% de los niños en nuestro país.
Sin embargo, desde su mismo nacimiento, los pequeños necesitan tener una correcta higiene bucal y es el momento de empezar a instaurar hábitos pues, según la Fundación Dental Española/Consejo de Dentistas colegiados de España, aquellos que adoptan unas buenas prácticas hasta los 13 años, las mantienen el resto de su vida.
Al principio basta con pasar una gasita por las encías y primeros grupos de dientes para evitar que se acumulen bacterias. Después tendremos que ayudarles en sus primeros cepillados, hasta los 6 años. Y a partir de ese momento, cuando ya han desarrollado un buen control motor, los niños pueden empezar a limpiarse los dientes solos, con poca pasta dentífrica, cepillos de cabeza pequeña y cerdas sintéticas (más resistentes), realizando un movimiento de barrido para no levantar las encías.
LA SALUD DENTAL, UNA ASIGNATURA PENDIENTE PARA LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES ESPAÑOLES
Es frecuente que los pequeños almuercen y coman en el colegio. E incluso que merienden en el parque, a la salida de clase o de camino a alguna actividad extraescolar. Esto hace que el lapso entre los cepillados sea excesivamente largo, permitiendo que los restos de comida y el trabajo de las bacterias puedan afectar a su salud bucal. Si a esto sumamos el consumo de alimentos procesados y dulces, con alto contenido de azúcares refinados, como tentempié o postre, el riesgo es mucho mayor.
Las bacterias de la boca transforman los azúcares refinados en ácido que afecta al esmalte, pudiendo provocar caries, una dolencia que afecta a la mayoría de niños españoles y que aumenta conforme se desarrolla su vida escolar. Según datos de la Academia General de Odontología, sólo de los 5 a los 6 años su incidencia crece cinco puntos. Otra afección menos popular es la gingivits, una acumulación de placa bacteriana y sarro en las piezas dentales que, al contacto con la encía, la acaban irritando e incluso pueden hacerla sangrar. Sin embargo es muy frecuente: afecta al 75% de los niños y adolescentes españoles.
Así pues, la correcta higiene bucal no parece ser cosa de niños. Algo que puede corregirse ayudándoles a instalar unos hábitos de limpieza regulares y recurriendo a determinados trucos cuando las circunstancias no les permitan realizar un cepillado justo después de las comidas.
SUGERENCIAS PARA MANTENER UNA CORRECTA HIGIENE BUCAL FUERA DE CASA CON AYUDA DE LA MANZANA
Lo más fácil sería preparar un pequeño neceser con un cepillo y pasta para que los niños y adolescentes se laven los dientes después de cada comida, aunque estén fuera de casa. Pero, distraídos por sus juegos o influidos por el ambiente, ¿quién puede asegurar que lo hagan?
A la hora de favorecer una buena higiene bucal en los pequeños, precisamente lo que vayan a tomar cuando comen fuera de casa puede ser una de las claves. En su campaña de promoción de la alimentación saludable, VI.P (La Asociación de Cooperativas Productoras de Frutas de Val Venosta y productores de Manzanas Val Venosta) anima a optar por la manzana fresca.
Un estudio publicado por la revista Britsh Dental Journal se suma a otras muchas investigaciones médicas previas para confirmar que morder una manzana fresca al finalizar una comida mejora la higiene bucal, ya que nos ayuda a generar saliva, reequilibrando el PH de la boca. En cada mordisco, su textura crujiente fricciona contra los dientes, limpiando los restos de alimentos que hayan podido quedar entre ellos. Y aporta azúcares naturales, que no pueden utilizar las bacterias para generar ácido, además de vitaminas que refuerzan las encías.