MADRID, 7 Nov. (CHANCE) -
Un sábado más te traemos un nuevo artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que nos habla esta semana de la dependencia que tienen nuestros hijos de los telefonos moviles.
El uso y la dependencia del móvil es una realidad hoy en día. A cualquier lado que miremos hay una persona consultando su teléfono, en cualquier parte y a cualquier hora.
Es indiscutible lo útiles que son estos dispositivos y lo mucho que nos han facilitado la vida en varios aspectos pero, quizás, los avances tecnológicos han sido tan rápidos que no hemos sabido adaptarnos para hacer un uso correcto o, al menos, no abusivo de ellos.
Si este abuso o, incluso, adición al móvil es clara en muchos adultos, en muchos adolescentes puede llegar incluso a ser un problema.
Muchos de son conscientes de que el móvil es la droga del siglo XXI y reconocen que no pueden pasar demasiado tiempo a lo largo del día sin mirar y chatear por Whastsapp, consultar Instagram o subir cosas a Facebook.
Lo curioso es que, en mi experiencia como coach, cuando les preguntas por qué necesitan mirar el móvil constantemente la respuesta es "No lo sé".
¿Qué pasa cuando este uso/abuso del móvil se traslada a las aulas? Muchas veces se ha planteado la prohibición de los teléfonos en los colegios ya que, estos dispositivos que inicialmente deben ayudarnos a mejorar la comunicación, se convierten en elementos de distracción que no favorecen el éxito escolar.
Sin embargo, más que prohibir, deberíamos hacer conscientes a nuestros hijos de ello. Durante los talleres que he realizado, muchos jóvenes plantean que son conscientes de que el uso constante del móvil es, en el fondo, un problema e, incluso, cuando se les plantea la pregunta de qué harían ellos si fueran padres, la respuesta es que los prohibirían.
Es indudable que siempre es más positiva y constructiva la concienciación que la prohibición. Si los chavales, los verdaderos protagonistas, no toman conciencia de esta distinción, posiblemente no sabrán controlar su uso.
Cómo padres, ¿dónde empieza nuestra responsabilidad? La realidad es que cada día son más pequeños los niños que disponen de smartphone y tablet, y lo cierto es que ni ellos mismos son conscientes del impacto negativo que su uso en las aulas puede suponer. Por ello, los adultos deben ayudar a sus hijos a tomar consciencia de este hecho para que los preadolescentes y adolescentes sean capaces por sí mismos de hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.