MADRID, 10 Jun. (CHANCE) -
La educación de los más pequeños de la casa es una de las grandes cuestiones que tiene todo padre. Alejarle de los peligros, educarle con unos buenos valores, darle cariño, no sobreprotegerle... son algunas de las pautas que tratan de seguir los progenitores en el difícil proceso de la educación de un niño.
A todo esto hay que sumarle la llegada de las nuevas tecnologías. Móviles, tablet y ordenadores se han convertido en parte de nuestra vida algo que también ha alcanzado a los niños y jóvenes. Tratar con sumo cuidado esta cuestión tiene tanta importancia como el resto de partes de su educación.
Para tratar de arrojar un poco de luz a esta problemática y al resto de dudas, la psicóloga Alicia Banderas ha escrito el libro Niños sobreestimulados. Durante la rueda de prensa habló claramente de las pretensiones erróneas de algunos padres para tratar de que su hijo sea el número 10 en todas las facetas de su vida: "El límite debe estar en el padre, la madre o el educador. Estamos en una sociedad en la que el ímpetu y afán de que nuestros hijos sean los más inteligentes y los más brillantes, los que adquieran mayor destreza y habilidades están por encima de todo. Siempre dices, 'la persona más brillante y más profesional del mundo, tiene que ser mi hijo'".
Además, la autora puso el punto de mira en la sobreestimulación que viven muchos niños: "El hecho de sobreestimularles, que permanezcan constantemente en un proceso de estimulación, a veces de forma precoz, donde ni su cerebro se ha desarrollado para ello en muchas ocasiones, provoca deficiencia en el aprendizaje de los niños, como lo recojo en el libro. Es cierto que la ausencia de los padres y madres en casa por las tardes lleva también apuntarlos a multitud de actividades que hace que les tengamos entretenidos. Pero el hecho de estar apuntados a actividades que ni si quiera ellos eligen, lo que hace es someterles a una sobreestimulación, donde se puede producir un bloqueo y estrés, no solo del niño, sino de las familias, y a la desmotivación. No hay nada más bonito en esta vida que elegir algo que te gusta, encontrarlo y descubrir que eres capaz de hacerlo y de llevarlo a cabo... y sentir la autorrealización".
EL PELIGRO REAL DE LA SOBREESTIMULACIÓN
A esta explicación, Banderas añade: "Cuando el niño siente ese proceso de elección, hace que el pequeño sepa y conozca el gusto al hacer las cosas que les satisface y les salen del corazón y a lo largo de su vida buscará esas cosas que le hagan felices, no volviéndote conformista y no viviendo una vida que no quieres. Por eso es tan importante descubrir la motivación oculta de los niños... ¡Qué está ahí! La estimulación es buena, sabemos y tenemos la experiencia de los orfanatos, de esos niños que no han recibido estimulación, presentan deficiencias en el aprendizaje y en sus emociones, pero de ahí a que están permanente haciendo algo productivo, hay un abismo... Los niños necesitan juego libre, tiempo en casa, para descubrir y desarrollar el espíritu creativo".
En lo que respecta a este tema de actividades extraescolares, Alicia señala: "Quiero poner una cordura en esto. Lo que quiero transmitir es que vamos a elegir actividad, pero desde el punto de vista del niño, primando lo que le gusta al niño y no el afán de los padres por llevarlos a no sé que escuela infantil tan de moda o sobreexponerlos de una gran manera a las pantallas desaconsejadas antes de los dos años de vida. Y es que una exposición a ritmos frenéticos, aviva el impacto visual y obligan al niño a hacer un esfuerzo en el procesamiento de la información que le satura, bloquea y elimina la creatividad, que es lo queremos potenciar. Si los niños se acostumbran a esos ritmos frenéticos y exposición a las pantallas, cada vez van a necesitar más dosis para saciar su entretenimiento por eso no toleran el aburrimiento. Hay padres y madres que no dejan que sus hijos salgan de casa sin sus smartphones, porque sino se aburren. Si se acostumbran a unos estímulos muy rápidos, la naturaleza no va a esa velocidad y te aburres, entonces es un peligro. Es una "alergia a la paciencia, el aburrimiento y la soledad".
¿QUÉ OCURRE SI INTENSIFICAMOS DEMASIADO EL CEREBRO DE UN NIÑO O ADOLESCENTE?
Pero para descubrir el verdadero significado de la problemática que plantea la psicóloga nos hemos preguntado: ¿Qué ocurre si intensificamos demasiado el cerebro de un niño con un sinfín de actividades?
Alicia tiene la respuesta: "Nos encontramos con un problema de planificación y de secuenciar las tareas, no saben lo que es empezar y una y acabarla y a veces se frustran por no haber llegado al objetivo. Tienen la capacidad de realizar muchas tareas, pero no profundizan en ninguna, y surgen los problemas de concentración y atención. Por la lectura rápida 'surfeamos a través de las palabras'... Ahora vemos que los niños tienen dificultades de leer un texto íntegro, no porque no quieran, sino porque se cansan, no pueden hacer ese esfuerzo y necesitan tener ese cambio. Si no profundizamos, si no abstraemos conocimientos a la memoria, no podrá haber aprendizaje, y es lo que realmente nos preocupa a psicólogos, pedagogos... Intensificamos la memoria como si fueran músculos de gimnasio".