MADRID 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Tímida, discreta y sencilla. Así es como la definen todos los que la conocen. Sin embargo, la mujer del nuevo presidente del Gobierno dejó su introversión a un lado para subir al balcón de la sede del PP en la calle Génova y fundirse en un tierno beso con su marido, tras conocer que había sido el ganador, por mayoría absoluta, de las elecciones generales de 2011.
Natural de Pontevedra, tal y como publica '¡Hola!', Elvira Fernández de Balboa no sabía que una noche durante la Semana Santa de 1992 estaba a punto de conocer al hombre de su vida en un bar de copas de la localidad de Sanjenjo.
Ella tenía 31 años y él ya 41 cuando se vieron por primera vez. Pero, "desde el primer momento sentí que aquella mujer, tan guapa y con una personalidad muy marcada, a la vez que discreta e inteligente, no me iba a dejar indiferente de por vida", asegura Mariano Rajoy en sus memorias.
Cuatro años más tarde, el 28 de diciembre de 1996, se dieron el 'sí, quiero' en la Capilla de las Conchas de la isla de La Toja, en Pontevedra, para después disfrutar de una romántica e idílica luna de miel en la República Dominicana.
En 1998, el matrimonio sufrió un duro golpe cuando Elvira perdió la niña que estaba esperando desde hacía ya seis meses. Sin embargo, la vida les devolvió la sonrisa y actualmente son padres de dos hijos: Mariano, de 12 años, y Juan, de seis.
VIRI, LA ELEGANTE Y SENCILLA DAMA DEL PP
Tímida y discreta, 'Viri' como la llaman cariñosamente sus más cercanos, ha sido el mayor apoyo de su marido aunque siempre intenta quedarse en un segundo plano evitando ser el centro de atención.
Sin embargo, este domingo 20 de noviembre, Elvira Fernández Balboa subió al balcón de la sede del PP en la calle Génova donde se fundió en un cariñoso beso con el líder de los populares tras conocer que había sido el ganador, por mayoría absoluta, de las elecciones generales de 2011.
Su principal característica a la hora de vestir es la sencillez que combina con una sobria elegancia, y su complemento por excelencia, las gafas de aviador, tras las que se esconde en la mayoría de los actos políticos celebrados a la luz del día.
El look que escogió la nueva primera dama para subirse al balcón de la victoria estuvo compuesto por una camisa simple, tipo saco y en color pistacho, acompañada por melena al viento y pendientes largos.