MADRID, 24 Oct. (CHANCE) - Desde que dejó su relación con Mario Casas, María Valverde ha vuelto a posicionarse como una de las actrices más demandas, y es que ahora combina su profesión delante de las cámaras con el mundo de la moda. Todo en su vida y en su carrera ha sido rápido: a los 16 años ganó un Goya y a los 17 se independizó por amor. Hoy, una década más tarde, María Valverde acaba de rodar a las órdenes de Ridley Scott, está a punto de estrenar tres películas y, desde que rompió con Mario Casas, ha iniciado sola una nueva vida en Londres. Vanity Fair, la ha escogido para protagonizar el elegante film que estrena la revista. Con toques de sensualidad en todas las poses, su dulce mirada y los provocativos conjuntos de ropa interior, la joven actriz conquista a todo aquel que se atreve a ver el vídeo. También le ha concedido a la revista su entrevista más sincera donde ha desnundado su alma y ha hablado sin tapujos de su nueva vida y de su ruptura con el 'chico malo' del cine español. “Jugué a ser mayor muy pronto porque tenía que sobrevivir. Por eso quiero ir un poco hacía atrás ahora, permitirme lo que no me permití entonces” declara la actriz que se ha trasladado a vivir a Londres con una amiga, compartiendo piso como si de una estudiante se tratara. "Me quedé vacia y me estoy llenando de todo lo que necesito". Cuando se le pregunta por su exnovio, Mario Casas, aun se le humedecen los ojos. Cuatro años de amor no se borran de la noche a la mañana y María declaraba: "He estado muy mal, y muy triste, pero ahora estoy agradecida de todo lo que ha pasado. Quiero poder brillar de nuevo haciendo lo que me gusta Me siento torpe en un país desconocido, pero a la vez me siento libre". También confesaba que no todo con Mario fue un camino de rosas, que la presión mediática era muy fuerte y que: "En ocasiones me he visto muy vulnerable porque siempre cuidaban a Mario y a mí no. Él tenía más fans”. Todavía hoy no sabe de dónde le viene esa querencia por la actuación, pero empezó a dar clases de arte dramático con diez años. Era tan estudiosa, ordenada y exigente que su madre le enmarcó el primer suspenso que tuvo en el colegio. “Hubiera preferido que me castigaran, pero solo querían que supiera que hacer las cosas mal también es bueno”, recuerda hoy. “Me han apoyado siempre, y me han dejado equivocarme, aunque tuvieran que tragarse decisiones que no les gustaban nada”. Cuando le preguntan si es consciente de la sensualidad que transmite contesta algo tímida: "No me considero atractiva ni mucho menos. Soy distinta, por mi nariz, mis rasgos. Y frente a la cámara me divierto tanto que no pienso en nada más Pero es mejor así. La inconsciencia es una fuerza". María dice nunca haber tenido tantas amigas como ahora pero cuando le preguntan si podría llegar a ser amiga de Mario Casas declara que aun no...