MADRID, 26 Sep. (CHANCE) -
Hay dos temas tabús que rodean a los famosos, especialmente a las mujeres. El primero es repetir look y el segundo conformarse con tener un cuerpo alejado de los cánones de belleza impuestos por el mundo de la moda. ¿Acaso las celebrities deben de tener un modelito para cada vez que ponen un pie fuera de casa? Y, lo que es aún peor, ¿deben de verse obligadas a cuidar su cuerpo para estar siempre perfectas. Hablemos de Hollywood o de las familias reales, estos temas siempre van cargados de controversia. Por eso mismo, Meghan Markle no iba a pasar desapercibida esta semana por estos dos motivos.
Los Duques de Sussex se encuentran visitando una diversidad de países de África como parte de sus quehaceres reales, el pequeño Archie incluido en el pack. Su apretada agenda les está obligando a realizar hasta tres actos diversos diariamente, motivo por el cual Meghan se ve obligada a cambiar de atuendo con asiduidad. Gracias a este hecho, hemos podido ver a la duquesa repetir dos vestido que ya lució el pasado año durante su visita a Oceanía, cuando se encontraba embarazada de su primer hijo.
A principios de semana, mientras Meghan y Harry visitaban el Homecoming Centre del District Six Museum, situado en Ciudad del Cabo, la duquesa se decantó por el famoso vestido camisero en tono azul, de la diseñadora Veronica Beard, con el que ya nos conquistó un año atrás durante su visita a Tonga. Uno de los primeros vestidos con el que lució tripita y que se convirtió en una tendencia que nos ha acompañado hasta este mismo verano.
Un par de días después hemos vuelto a ver a la pareja, en esta ocasión visitando la Mezquita Auwal, la más antigua de Sudáfrica. Para este evento, Meghan ha vuelto a tirar de fondo de armario y se ha decantado por un vestido verde botella de rayas verticales de la marca Martin Grant, que ya lució cuando visitaron un año atrás las playas de Australia, exactamente la playa de Bondi en Sídney. No sabemos si es que son algunos de sus vestidos favoritos o que con este gesto busca reivindicar que no es necesario invertir más dinero del necesario en sus renovaciones de armario, por mucho que sea un personaje de la realeza. Un comportamiento que perfectamente se mantendría en la línea de la duquesa.
UN CUERPO NORMAL TRAS HABER DADO A LUZ
Las famosas nos tienen tan acostumbradas a sus rápidas recuperaciones después de dar a luz que a veces nos olvidamos de que lo normal es que el cuerpo de la mujer tarde un tiempo en volver a su forma original. Parece mentira que se juzgue el tiempo que una mujer tarda en volver a recuperar su figura o, peor aún, que nunca vuelva a recuperarla.
Algo que nos ha encantado de Meghan Markle es que no esconde su nuevo cuerpo, un cuerpo que ha cambiado tras haber albergado durante nueve meses a su hijo. La Duquesa de Sussex no ha tenido reparo a la hora de lucir el vestido verde de rayas verticales durante su visita a África, que al tener un corte ceñido al cuerpo nos deja apreciar su nueva figura. Caderas y cintura más anchas, vientre levemente abultado y rostro más redondeado, algo completamente normal si tenemos en cuenta que tan solo hace cinco meses desde que Meghan dio a luz.
¿Qué problema debería de haber con que la duquesa se sienta cómoda con este cuerpo y no tenga la necesidad de ocultarlo? Estaremos encantadas de seguir observando como Meghan va adaptando su estilo de vestir a su nueva figura. De momento, apuesta por conjuntos ceñidos a la cintura y faldas vaporosas. ¡Que vivan los cuerpos imperfectos!