LONDRES, 22 Feb. (EUROPA PRESS - Sandra del Caño Morales)
La noche del martes 21 de febrero, el macroescenario londinense del O2 tenía una cita obligada con la música británica. Tan solo dos semanas después de celebrarse la 54 edición de los Grammy, los artistas de la canción volvían a brillar alegremente sobre la red carpet de los BRIT Awards 2012.
La encargada de poner el tono glamouroso a la gran noche fue una espléndida Rihanna con un vestido joya de Givenchy en tonos cobres. Un pronunciadísimo escote y una vertiginosa abertura en la falda son los culpables de que la de Barbados acaparara todas las miradas.
Unos guantes larguísimos de piel en marrón chocolate accesorizaban perfectamente el outfit de la cantante. La misma que hace dos días nos deleitó acudiendo a la cena de Stella McCartney con un precioso diseño de seda satinada firmado por Giorgio Armani en verde oscuro, con una grandísima abertura en la falda y una sensual espalda al aire simplemente cruzada por dos finas tiras.
Tras el deslumbramiento de Rihanna, llegaron las artistas anticipándose a la primavera. Una bellísima Kylie Minogue elegía el azul cielo intenso para un palabra de honor fruncido con detalle de joya en la cintura, de Yves Saint Laurent.
La siguiente era Nicole Scherzinger, representando el amarillo pálido, también con un palabra de honor de corte columna con incrustaciones de pedrería. Y el rojo pasión fue a parar a manos de Lana del Rey, quien lució un precioso vestido de Vivienne Westwood con escote barco dejando sus hombros sensualmente al descubierto.
Finalmente, llegó la gran triunfadora de la noche, en cuanto a su trabajo musical se refiere, porque Adele no estuvo muy acertada sobre la alfombra roja que digamos. La artista escogió un vestido negro largo con transparencias en mangas y escote. Sin embargo, estuvo mucho más adecuada que Jessie J., la peor parada de los BRIT con diferencia debido a ese horrible traje de transparencias rojas.