MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
El imperio de la aguja no es indemne a la crisis. Muchos diseñadores tienen que llevar sus cuentas con mimo para poder cuadrar los balances. Mantenerse en esa cuerda floja es difícil. Los últimos en caer han sido los sevillanos Victorio y Lucchino. Los modistos, que llegaron a vestir a Whitney Houston en una escena de 'El Guardaespaldas', viven sus horas más bajas.
Dos de sus sociedades, V&L Costura, Diseño y Moda SA, y Patrimonio de Moda SL están en suspensión de pagos. Han solicitado ante el Juzgado de lo Mercantil el concurso voluntario de acreedores. El motivo pasa porque atraviesan "momentos de dificultad económica, fruto de la profunda crisis económica", según han indicado en un comunicado.
En la nota que han remitido a los medios, sotienen que la recesión ha azotado "de forma muy intensa al sector de la moda" y ellos, claro está, no han conseguido que su barco remonte la fuerte marejada y ponga rumbo a tierra firme. Por ello, "en el ejercicio de nuestra responsabilidad como empresarios y en beneficio de los acreedores" han solicitado la suspensión de pagos, se justifican.
Sin embargo, ni José Víctor Rodríguez Caro (Victorio) ni José Luis Medina del Corral (Lucchino) piensan tirar la toalla. Las sociedades 'tocadas' presentarán "a través de los medios legales y dentro del procedimiento judicial en curso" el correspondiente plan de viabilidad "para la continuidad del negocio y la satisfacción de los créditos", apuntan.
Y es más, la actividad de la empresa "continuará con normalidad y si cabe con más tesón por parte de todos, con el fin de poder dar cumplimiento a nuestros compromisos". Desde las empresa indican que "no va a haber reducción de plantilla ni reducción de jornada". Y de hecho, los modistos, que tanto se han disputado muchas mujeres, ya afilan sus tijeras para cortar los patrones de su próxima colección que presentarán en la Madrid Fashion Week, la antigua Pasarela Cibeles.