MADRID, 2 Ago. (CHANCE) -
La bolsa de Ikea de Balenciaga que costaba tanto como un sueldo, el clip para sujetar billetes que costaba 160 euros y ahora unos zapatos de salón con ruedas. Parece una broma, pero no estamos a 28 de diciembre y los santos inocentes nos quedan todavía muy lejos. Es una realidad, una sorpresa más del mundo de la moda.
El artífice de esta idea tan loca ha sido Anthony Vaccarello para Saint Laurent, que ha diseñado un zapato, que no es un zapato, y un patín, que no es un patín. Ni sirve para caminar ni para rodar, es una pieza que tiene todas las papeletas para ser artículo de coleccionista, ese que los más románticos van a colgar en alguna estantería o como adorno en una mesa de estudio.
Disponible en dos modelos, el tacón es fino y considerablemente alto no es lo más cómodo para patinar, pero quién sabe si este sofisticado diseño se acabará imponiendo en las oficinas o si, como antaño, las dependientas del Pryca se calzarán estos stillettos para andar raudas y veloces.