MADRID, 31 Mar. (CHANCE) -
El Príncipe Harry ha dado este 31 de marzo un paso fundamental en su vida que pasará a formar parte de la historia de Reino Unido. El hijo del Príncipe Carlos de Inglaterra y Diana de Gales deja sus responsabilidades como miembro 'senior' de la Corona Británica para vivir una vida independiente económica y profesionalmente.
Una decisión que toma junto a su mujer, Meghan Markle, en una época convulsa en la que la pandemia por coronavirus COVID-19 ha restado brillo e importancia a este hecho histórico.
Harry se suma así a la lista de miembros de la realeza que han dejado la corona a un lado por amor. En su familia no hay que irse muy lejos para descubrir una renuncia mucho mayor a la que ha hecho el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra.
EL TÍO DE ISABEL II RENUNCIÓ A LA CORONA PARA PODER CASARSE CON UNA MUJER DIVORCIADA
Hablamos de Eduardo VIII, tío paterno de la actual Isabel II, que dio con su abdicación el reinado al padre de esta, su hermano Jorge VI. La historia de Eduardo habría pasado hoy a convertirse en una de las más interesantes de la crónica social, pues su romance con la norteamericana Wallis Simpson puso en jaque a la corona y al gobierno británico en un gran momento de incertidumbre, justo en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Eduardo VIII llegó al trono el 20 de enero de 1936 tras la muerte de su padre, Jorge V. En la corte ya se hablaba del futuro de este monarca al lado de Wallis Simpson, dos veces divorciada y una socialité en toda regla.
Tras su subida al trono, su relación con Simpson comenzó a estar más que nunca en el punto de mira, pues la sociedad británica no quería que su Rey se casase con una mujer divorciada. Esta situación llevó al primer ministro británico, Stanley Baldwin, a pedir a Eduardo VIII que abdicase por el bien de la Corona Británica y de la estabilidad del país.
LA PAREJA SE CASÓ EN JUNIO DE 1937 SIN NINGÚN MIEMBRO DE LA FAMILIA DE ÉL
Finalmente, Eduardo escogió el amor y decidió renunciar a su título de Rey de Inglaterra en favor de su hermano, el Duque de York, padre de la actual Reina Isabel II y su hermana la Princesa Margarita.
Esta abdicación se hizo efectiva el 11 de diciembre de 1936, llegando al fin un breve reinado en el que Wallis siempre estuvo a su lado. Tras renunciar a la corona, Eduardo quedó con el título de Duque de Windsor y siguió disfrutando del tratamiento de Alteza Real. La pareja, por fin, pudo empezar a plantear su vida más allá de las exigencias del Buckingham.
El Duque de Windsor y Wallis Simpson se casaron unos meses después, concretamente, el 3 de junio de 1937 en el castillo de Candé, Francia. Ningún miembro de su familia acudió a esta ceremonia, a la que solo acudieron 16 invitados. Un hecho histórico que marcó el futuro de Inglaterra y de Jorge VI, y por lo tanto de su familia, convirtiéndo a la pequeña Isabel en la heredera al trono.