LOS ANGELES 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cuatro días después de la muerte del Rey de Pop, su ex mujer Debbie Rowe, confiesa en exclusiva al periódico británico 'News of the World' que Michael Jackson no es el padre de los dos hijos que tuvieron durante su matrimonio y que la identidad del padre biológico es desconocida.
Deborah Rowe, madre de Prince Michael I, de 12 años y Paris, de 11 ha decidido hablar sobre su "matrimonio acordado" con Michael Jackson en su primera entrevista pública tras el fallecimiento del artista.
El Rey del Pop y la enfermera se conocieron cuando ella trabajaba como recepcionista en una clínica en Beverly Hills a la que el cantante acudía por sus tratamientos cutáneos. Contrajeron matrimonio en noviembre de 1996 en el Hotel Sheraton en Sydney, separándose dos años más tarde y con dos hijos en común, de cuya custodia pasó a ocuparse Michael.
Sin embargo, ahora la enfermera afirma que todo ocurrió por que Michael "estaba divorciado, solo y quería tener hijos. Fui la única que le dijo: yo tendré a tus hijos. Le ofrecí mi vientre... fue un regalo y lo hice para hacerle feliz. Fui a la 'oficina', que es como llamábamos a la clínica médica. Me fecundaron como yo lo hago con mis yeguas cuando quiero fecundarlas. Fue muy técnico. Yo sólo era el recipiente. No era el esperma de Michael", declaró Rowe.
La enfermera reveló, además, que el intérprete de 'Thriller' y ella nunca mantuvieron relaciones sexuales y no compartieron lecho conyugal durante sus tres años de matrimonio. Lo único que hubo entre ellos fue amistad.
Jackson no quiso volver a saber nada más de Debbie tras el parto de su segunda hija, Paris, parto que la dejó estéril y que impedirá volver a ser madre. "Entregarle a los niños fue durísimo. (tras el parto) me quedé estéril. Cuando supo que no podría tener más hijos, no quiso volver a saber nada más de mí", afirmó Rowe.
Ahora, y con la repentina muerte del artista se comienza a especular sobre quién se encargará de la custodia de ambos niños. Sin embargo, frente a todas las especulaciones que han ido surgiendo, Rowe ha declarado que no tiene interés en recuperar a sus hijos, puesto que después de su divorcio no ha vuelto a tener ningún tipo de contacto con ellos. "Me pagaron por ello, y he seguido con mi vida. No volveré a ver a mis hijos", declaró la enfermera.
Durante su batalla legal por la custodia de los dos niños en 2005, Debbie Rowe renunció a sus derechos como madre a cambio de una recompensa económica de 60 millones de euros a pagar en nueve años.