MADRID, 23 Oct. (CHANCE) -
En uno de los momentos más tranquilos de su vida tanto a nivel profesional como personal, y a punto de cumplirse un año de su divorcio de Iñaki Urdangarín, la infanta Cristina vuelve a 'echar raíces' en España. O al menos en sentido figurado, ya que como ha revelado la revista 'Lecturas' se ha comprado una casa en Barcelona.
Y, casualmente, es la misma en la que vivió sus primeros años de matrimonio con el exjugador de balonmano, y donde nacieron sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, por lo que sin duda se trata de una vivienda muy especial para ella, a la que regresará dos décadas después ya como mujer soltera.
Sin embargo, esta adquisición no significa en ningún caso que la hermana del Rey Felipe VI vaya a dejar Ginebra para instalarse en Barcelona puesto que en la ciudad suiza está feliz, como ha aclarado su entorno a la revista '¡Hola!'.
Doña Cristina viaja a menudo a nuestro país y son habituales sus visitas a Madrid para ver a su madre la Reina Sofía, a su hermana la infanta Elena y a su hijo Miguel -que se ha instalado temporalmente en el palacio de La Zarzuela con su abuela-, y a la ciudad condal para asistir siempre que sus compromisos se lo permiten a los partidos de balonmano de Pablo con el Fraikin BM Granollers.
De ahí que después de tanto tiempo viviendo de alquiler, haya decidido invertir sus ahorros -además de solicitar una hipoteca a la entidad bancaria a la que trabaja- y tener su refugio en Barcelona, su segundo hogar. Un apartamento de aproximadamente 300 metros cuadrados que estaría valorado en alrededor de 2 millones de euros y que está en el mismo edificio en el que vivió al principio de su matrimonio con Urdangarín, en el que nacieron sus cuatro hijos -antes de adquirir el conocido como 'Palacete de Pedralbes'- y en el que ahora pasará temporadas, dejando atrás el hotel en el que se alojaba en cada una de sus visitas a la capital catalana. Pero seguirá viviendo en Ginebra.
Como revela 'Vanitatis', será en este piso, también situado en el barrio de Pedralbes, donde vivirá su hijo Pablo, que siguiendo los pasos de su padre poco a poco se consolida como una de las jóvenes promesas del balonmano español y se ha convertido en uno de los jugadores más determinantes del Granollers, en el que milita desde verano de 2023 tras dos temporadas en el Barça B.
El segundo hijo de doña Cristina se instalará en la nueva residencia de su madre en cuanto ésta termine de decorarla a su gusto -algo que está haciendo con ayuda de sus hijos- y será el punto de encuentro de la familia cuando todos coincidan en Barcelona, una ciudad donde la hija del Rey Juan Carlos se siente como en casa y a donde viaja a menudo.