MADRID, 8 Feb. (CHANCE) -
Peinada de peluquería, con camisa blanca, chaqueta negra y pantalón gris oscuro, bolso, y de lo más sonriente al más puro estilo dientes, dientes de la Pantoja y Julian Múñoz, así ha llegado la Infanta Cristina a los juzgados Palma de Mallorca, poco antes de las diez de la mañana, a las 9:46, mientras que el juez Castro hacía lo propio a las siete.
Entre fuertes medidsas de seguridad, la Infanta Cristina ha bajado la rampa de los famosos juzgados en coche como le recomendaron los organos de seguridad y a su llegada a la puerta de los juzgados, se ha bajado de él sonrisa en boca, saludando a toda la prensa. La Infanta que declara en calidad de imputada por los presuntos delitos de blanqueo de capitales y delito fiscal, era recibida uno de sus abogados Jesús María Silva. Miquel Roca, el otro letrado que se encarga de defenderla, ha sido el encargado de ir a recogerla al aeropuerto a su llegada en un vuelo de Vueling y ha sido el primer día que se le ha visto sonreir en estos días.
La hija pequeña del Rey ha llegado sonriente y serena como en tantos oficiales se le ha visto, -segura de su inocencia como han manifestados en estos días anteriores su defensa-... Desdramatizando la situación, nobleza obliga.