MADRID, 9 Jul. (CHANCE) -
El tercer hijo de los duques de Cambrige ha sido bautizado este 9 de julio de 2018 en una emotiva ceremonia celebrada en la capilla real del palacio de St. James. La ceremonia ha sido especialmente comentada por la inesperada ausencia de la Reina de Inglaterra y el Príncipe Felipe, pero también por otro aspecto que nos ha llamado mucho la atención: la ya tradición de Kate Middleton con los vestidos de Alexander Mc Queen.
Kate Middleton ha reaparecido hoy en su primer compromiso real desde que asistió a la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle en el bautizo de su hijo Louis donde ha querido mantener una tradición marcada por ella misma y es que la duquesa de Cambrige ha optado siempre por vestidos de Alexander McQueen para asistir a los bautizos de sus tres hijos. Todos ellos vestidos muy similares y sobrios en tonos que no se alejan del blanco, crudo o vainilla y con tocado en la cabeza a juego.
En octubre de 2013 bautizaron a su primer hijo, el príncipe George, donde Kate apostó por un vestido con volantes de manga larga y corte por encima de la rodilla en color vainilla de Alexander McQueen y tocado de la famosa sombrerera Jane Taylor como volvería suceder cinco años más tarde.
Para el bautizo de su pequeña Charlotte en 2015 la duquesa escogió de nuevo esta firma luciendo un diseño discreto en tono marfil completamente liso acompañado de un tocado en la cabeza.
Para esta celebración Kate no ha querido salirse del guión por lo que por tercera vez consecutiva ha asistido al bautizo de su tercer hijo con un Alexander McQueen en color blanco con escote en pico y mangas abullonadas. En esta ocasión ha sustituido el tocado por una sombrero de flores en el mismo color de la firma Jane Taylor y en esta ocasión ha apostado por unos pendientes en forma de flor, rompiendo con la tradición de los dos anteriores bautizos en los que lució los mismos. Tanto para el bautizo de Charlotte como para el de Louis, la mujer del príncipe Guillermo de Inglaterra se ha decantado por un elegante recogido a diferencia del de George que llevaba el pelo suelto.
Y como no... el anillo de Diana no podía faltar.