MADRID, 12 Abr. (CHANCE) -
De poco le sirvió a la señora de Winsconsin -y esto no es un chiste- quejarse de los momentos Marilyn de Kate Middleton porque parece que la duquesa de Cambridge no ha aprendido la lección y el viento le ha vuelto a jugar una mala pasada durante su viaje a la India.
Un vestido con vuelo y viento son la peor combinación del mundo. Y más aún si eres Kate Middleton, pero más todavía si ocurre durante un viaje oficial en el que todas las miradas están pendientes de ella. La esposa de Guillermo de Inglaterra estaba en plena visita al monumento que conmemora la guerra Civil en Nueva Delhi cuando el viento le jugó una mala pasada y se le levantó.
Diseñado por Emilia Wickstead, el vestido de estilo lady y con mucho vuelo era de lo más femenino y elegante y cuando el viento le voló la falda fue imposible no buscar similitudes con el Marilyn Monroe en La tentación vive arriba. Aunque la esposa de Guillermo de Inglaterra intentó sujeta la tela, el viento pudo con ella.
Todos estos malos momentos habrían acabado si las diseñadoras que visten a Kate hubieran seguido los consejos de una seguidora que, cansada de que Kate enseñara más de la cuenta, escribió una carta a Jenny Packhman, una de sus favoritas y la misma que diseñó el vestido amarillo que voló en 2011 en el aeropuerto de Canadá, para quejarse de ello y le dio la solución a todos los problemas.
Según contó la diseñadora al Evening Standard, la señora le escribió personalmente para criticarle por los vestidos que creaba para Kate Middleton. "Recibí una pequeña carta escrita a mano de una mujer de Wisconsin que me criticaba por el vestido amarillo que le diseñé a la Duquesa. Me decía que si no sabía que se podían poner pesas en el bajo para que no volase. Bueno, yo no sabía que lo iba a usar en la pista de aterrizaje con viento, pero estoy pensando que tal vez, en el futuro, le ponga más peso, por si acaso ... "
VUELVE A CONFIAR EN LK. BENNET
Kate Middleton completó el look con unos zapatos de salón que firmaba L.K. Bennet, los Fern, parte de la Signature Collection, que están disponibles en 10 colores y tejidos diferentes.
El idilio de Kate con esta firma de zapatos comenzó en 2012, cuando se calzó por primera vez los que han acabado siendo sus LK Bennet fetiche. Durante los días que duraron los actos del Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II y en su tour por Canadá y EE.UU., no se bajó de unos salones nude con ligera plataforma que cuestan 225 euros y que suele usar en verano. Son el complemento perfecto a sus looks por su color: combinan con todo, además, al no ser muy altos (10 centímetros de tacón y 1,2 de plataforma) resultan muy elegantes.