MADRID, 12 Abr. (CHANCE) -
Centrado en su carrera deportiva, hay un motivo de peso para que Pablo Urdangarín no se haya desplazado hasta el madrileño Hospital Ruber Internacional donde está ingresada su abuela la Reina Sofía por una infección urinaria desde la noche del 9 de abril. Y es que tan solo un día después -cuando trascendió el problema de salud de la Emérita- el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se jugaba el pase a la Final 8 de la Copa del Rey de Balonmano con el Fraikin BM Granollers en Pontevedra frente al Atlético Novás.
Feliz por la victoria y por ayudar con sus goles a su equipo a convertise en uno de los finalistas del torneo que lleva el nombre de su tío Felipe VI, Pablo regresaba a Barcelona con sus compañeros este jueves para preparar el encuentro de alto nivel que jugarán contra su exquipo, el Barça, este sábado.
Dos compromisos que le han impedido visitar a su abuela, que como nos ha contado con una sonrisa, "está bien". "Está todo bien, todo bien, gracias" ha repetido, confirmando que está al tanto del estado de salud de Doña Sofía, a la que está muy unido.
No es el único tema sobre el que le hemos preguntado a Pablo, ya que su padre está de celebración. Y es que cinco años y diez meses después de ser condenado por el Caso Noos, Iñaki Urdangarín es un hombre completamente libre desde este martes, cuando ha cumplido la totalidad de su pena. Una gran noticia sobre la que su hijo no ha querido hacer ningún comentario, aunque no ha podido evitar un gesto de lo más risueño que deja entrever su alegría por la libertad recién estrenada de su progenitor.
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