MADRID, 8 Feb. (CHANCE) -
A pesar de su distanciamiento con la Familia Real británica, el Príncipe Harry no dudó en desplazarse de urgencia desde Los Ángeles -donde reside desde 2020 con Meghan Markle y sus dos hijos, Archie y Lilibeth- a Reino Unido tras recibir una llamada en la que su padre, el Rey Carlos III, le comunicaba que padece cáncer.
Tras 11 horas de vuelo y más de 9000 kilómetros, el Duque de Sussex aterrizaba este miércoles en Londres y, sin tiempo que perder, se dirigía inmediatamente a Clarence House para encontrarse con su progenitor. Una actitud que ha activado todas las alarmas acerca del estado de salud del soberano a pesar de que el Primer Ministro británico, Rishi Sunak, ha asegurado que la enfermedad -no ha trascendido qué tipo de cáncer sufre- se ha detectado a tiempo y el pronóstico de curación es bueno.
Una reunión padre e hijo que duraba tan solo 45 minutos y tras la que el Rey Carlos se dejaba por primera vez desde que se hizo público su estado, emocionado y acompañado de la Reina Camilla, abandonando su residencia en Londres para trasladarse en helicóptero a su refugio campestre de Sandringham, donde se encuentra descansando en estos momentos.
Lejos de aprovechar el largo viaje para hacer alguna gestión, reencontrarse con amigos o visitar a algún otro miembro de su familia -escenificando su ruptura el Príncipe Guillermo evitó el encuentro argumentando que tenía "cosas más importantes que hacer"- el Príncipe Harry permanecía en Londres solo 24 horas y regresaba a California este jueves por la mañana, tras haber pasado la noche en un hotel en lugar de en el Palacio de Windsor como en otras ocasiones.
Un viaje exprés en el que estuvo con su padre menos de una hora. ¿Por qué? Según el diario 'The Times', Carlos III estaba muy cansado por el tratamiento médico contra su enfermedad -Buckingham no ha aclarado si está recibiendo quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia-, y aunque retrasó su marcha a Sandringham para ver a su hijo menor, 45 minutos bastaron para sincerarse con Harry sobre el bache de salud que atraviesa antes de poner rumbo a su retiro en el campo, donde se encuentra recobrando fuerzas con Camilla antes de volver al hospital londinense en el que se está tratando del cáncer.