MADRID, 13 Abr. (CHANCE) -
Tras la recepción de los Reyes Felipe y Letizia con el embajador del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en España, Hugh Elliott, para honrar al duque de Edimburgo tras su fallecimiento, sus Majestades cumplen con la agenda institucional establecida. En esta ocasión los Reyes presidieron el acto de inaguración de la nueva imagen del espacio Ifema, un acto que debió celebrarse el pasado año con motivo del 30º aniversario de su aparición y que no pudo hacerse por culpa de la Covid-19.
Junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, los Reyes también estuvieron acompañandos por el presidente del recinto ferial, José Vicente de los Mozos.
Siguiendo la tónica de austeridad que ha establecido la reina Letizia en cuanto a su vestuario se refiere, en esta ocasión la esposa del monarca repitió con el mismo estilismo que ya había lucido horas antes en el Palacio Real y que fue muy acertado y aplaudido.
Apostando por la siempre perfecta combinación entre el blanco y el negro, doña Letizia eligió una falda blanca con plisado jacquard, un diseño de Adolfo Domínguez con cinturilla marcada y largo por debajo de la rodilla. La combinó a la perfección con top negro sin mangas, cinturón de Burberry negro y salones negros de Manolo Blahnik realizados con piel de serpiente. En cuanto a los complementos se decantó por una cartera de mano de Nina Ricci en cuero negro con un ribete dorado y su ya inseparable anillo de Karen Hallam.
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