MADRID, 1 Dic. (CHANCE) -
Como cada 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Una fecha en la que se intenta dar a conocer los avances contra el Sida, causado por la extensión del VIH. Además, este día uno tiene aún mayor importancia debido a la revelación y revuelo provocado por la confesión del popular actor de Dos Hombres y Medio, Charlie Sheen. No era hace mucho cuando el mundo se hacía eco de una confesión en una entrevista por parte del actor que comentaba que era VIH positivo.
Una noticia que ha vuelto a traer a primera página el la gran diferencia entre el VIH, virus de la inmunodeficiencia humana, y el Sida, síndrome de inmunodeficiencia adquirida causado por la infección del VIH. Una diferenciación quizá de nuevo necesaria. A pesar de que la enfermedad no era noticia -como repetimos hasta hace bien poco-, el VIH pasó de ser mortal en nuestro país, a ser una enfermedad crónica en nuestro país, pero eso no significa que no se siga luchando contra la enfermedad y también buscando una cura para el Sida.
Muchas son las campañas que buscan la concienciación sobre los métodos de prevención y también los que quieren dar un rayo de luz en forma de sabiduría para que la sociedad comprenda y pueda entender cómo es este virus. Con el hashtag #PlacajealVIH, se ha iniciado un año más la campaña de la ONG Apoyo Positivo con un claro objetivo, que en 2020 haya cero transmisiones de VIH.
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Una de ellas sin duda es la prevención, donde se hace especial hincapié desde la organización en esta nueva edición de la campaña que ha ocupado gran parte del mes de noviembre y ahora en diciembre. Y es que los hábitos y conductas sexuales de la sociedad en la actualidad están propiciando a que nos arriesguemos a contraer la enfermedad. Ya no solo por no usar métodos de prevención como el preservativo, si no también el uso de nuevas tecnologías, como apps de citas y encuentros sexuales o el consumo de determinadas sustancias usadas para practicar sexo.
El llamado ChemSex, sexo bajo la influencia de las drogas que puede llegar a prolongarse durante horas o incluso en fiestas destinadas con estos objetivos, el disfrutar del placer sexual inducido por las drogas dando rienda suelta a todo tipo de fantasías pero en donde a veces no se es consciente del riesgo y de las pocas precauciones que se puedan tomar.
Por otro lado, otro de los puntos fuertes de esta campaña es el mayor acceso al testing, o lo que es lo mismo, acceder a las pruebas correspondientes para tener un diagnóstico rapido sobre si una persona está o no contagiada. Además, a ello se le suman nuevos métodos para intentar zanjar la enfermedad en sus estados tempranos como el PEP, una estrategia preventiva cuya finalidad es evitar la infección por VIH después de haber tenido lugar una cierta probable exposición al virus y que consiste en la toma de tratamiento antirretroviral durante cuatro semanas. Cuanto antes se acuda al hospital dentro de las 72 horas tras la sospecha, mejor.
La rapidez es sin duda uno de nuestros mayores aliados.
Y por último, también se quiere combatir con la serofobia, quizá otro de los grandes males. El dar de lado a las personas que están afectadas por la enfermedad y también prejuzgar como quizás se hizo de manera incorrecta en el caso de Charlie Sheen con el que abríamos este artículo es otro de los problemas que hay zanjar de raíz. Vivir con VIH es una situación de salud y no una enfermedad, que requiere un control para cronificarla y evitar un impacto en nuestra propia salud. Sin duda, las vías de responsabilidad para no transmitirlo son de todos y somos nosotros los que tenemos que estar conciencias con la prevención. Y no única y exclusivamente las personas afectadas con VIH. Discriminar a estas personas no hace más que volver invisible de nuevo la cuestión.
Tanto Apoyo Positivo como otras organizaciones como Imagina MÁS, son las que hacen especial hincapié en este sentido. Por ejemplo esta última ha contado con innumerables rostros conocidos como Melani Olivares, Fernando Tejero, Rosa López o Almudena Cid que nos piden que nos pongamos en la piel de una persona afectada por la enfermedad y que reflexionemos antes de hacer juicios de valor precipitados.
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