MADRID, 13 Ene. (CHANCE) -
Las diferencias entre adolescentes y padres es algo de lo más habitual y algo de lo más difícil de comprender. ¿Qué ha pasado con nuestros niños de darnos un beso a ese no me entienden? Estos días estamos hablando de ello en profundidad con Claudia Rodríguez... 18 años, estudiante de psicología y coach en el centro de Meditación Úrsula Calvo, para ayudarnos a entender a las dos partes qué nos pasa mutuamente.
P: ¿Por qué siempre los jóvenes piensan en el rechazo en casa?, es decir, "es que en casa no me entienden"?
CR: Porque generalmente es verdad, digo que generalmente es verdad, porque generalmente la gente no está presente, y generalmente la gente reacciona y no responde, y generalmente la gente está tremendamente condicionada por todas las experiencias por todas sus creencias, y generalmente la gente no observa, juzga. Entonces ¿qué pasa? Que con todos esos generalmente no me extraña que generalmente digan no "me entienden".
P: Entonces, ¿qué pasa?
CR: Necesitas de verdad sentir comprensión. ¿Por qué nuestros mejores amigos son nuestros mejores amigos? ¿Qué es lo que todo el mundo valora de un mejor amigo?... Que puedo ser yo mismo. No me juzga. O sea cuando tú de verdad llegas a ese punto de conexión con una persona lo que captas, es que esa persona está contigo plenamente (no hace falta que te diga no te juzgo), no te está juzgando, puedes contar con esa persona, está conectada contigo, y por eso es por lo que es tu mejor amigo, tu pareja o lo que sea.
Entonces, con el tema de los padres no se trata de que el padre se coja se siente con el chaval y diga a ver, cuéntame tu vida porque voy a intentar comprenderte (que también sería bueno y puede ser un buen paso), se trata de empezar a reaccionar, y de verdad estar con la otra persona... Es simplemente estar.
P: Pero estar ¿cómo? Si mi hijo no quiere estar conmigo, si luego dice que soy una aburrida, una carca y no entiendo que le guste más estar con sus amigos.
CR: ¡Hombre! Claro que le va a gustar estar más con sus amigos porque al final tú como padre tienes tu familia en casa pero nosotros como jóvenes estamos construyendo.
Otra cosa distinta es que el tiempo que esté en casa esté bien, esté cómodo, sea su casa, sea su hogar. Y para tú conseguir eso, tienes que estar de verdad con esa persona. No hace falta estar tres horas, si con que estés 10 minutos interesándote de verdad y preguntándole ¿qué tal estás?, ¿qué tal te ha ido el día?... Con ese tiempo te va a buscar cada vez más, va a querer pasar más tiempo contigo porque va a estar a gusto.
P: Pero es que no me cuenta nada...
CR: ¡Normal, si cada vez que te cuenta algo no paras de juzgarle o de echarle una charla! Una frase que muchas veces se escucha por parte de los padres: "Es que claro, no confías en mí porque no me cuentas las cosas". ¡Joe! si cada vez que te cuento algo me das una pedazo de charla... sobre lo que tengo que hacer, sobre lo que no... claro que no te voy a contar nada, porque no me está reforzando eso.
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DEJA CRECER A TU HIJO, LE PUEDES ACONSEJAR, PERO QUE NOTE QUE LE ESTÉS ESCUCHANDO, CONÉCTATE CON ÉL, ESE ES EL PUNTO
Es mejor que cuando tu hijo te cuente algo le prestes toda la atención del mundo y estés, de verdad, en ese nivel de conexión de "te entiendo", "cuenta conmigo", "todo bien" en lugar de pensar... a ver, "qué me va a contar", "le tengo que decir esto o lo otro", "sí, sí ahora le tengo que decir que no puede hacer esto porque no quiero que cometa el mismo error que cometí yo"...
Déjale crecer, una cosa es que le aconsejes, que es diferente: "Oye, yo te aconsejo que hagas esto" y que en un punto dado tengas que poner un límite pero cuando va activamente a contarte una situación, ¡jo!, refuérzaselo, conéctate y estate con él, que note que le estás escuchando, que no estés pensando en tus cosas y en qué le vas a decir. Ese es el punto.
Yo lo he aprendido porque lo he visto en mi madre, tras conocer el mundo de la meditación. Y mi madre es que era así. Y yo decía: "Si lo llego a saber no te lo cuento" y luego llegó el después, me apetecía contárselo porque cada vez que le contaba algo, ella si podía y si no lo agendaba, dejaba lo que estaba haciendo y me escuchaba.
CUANDO MI MADRE ME ACONSEJABA ME DABA LA LIBERTAD DE HACER LO QUE QUISIERA, ERA UN CONSEJO
Y yo estaba con ella, y decía: "Es que me siento súper a gusto y me apetece contárselo", y de repente cada vez que me pasaba algo me venía a la cabeza: "Esto se lo tengo que contar a mi madre". Y cuando me daba un consejo me daba la libertad de hacer lo que quisiera, era un consejo. Era mira: "Yo te aconsejo que hagas esto por esto y por esto", y yo le decía "no voy a hacerlo", su gesto era: "Perfecto, te voy a apoyar". Y entonces, así te lo está poniendo en bandeja de plata para que tú cojas y cada vez que te ocurra algo digas: "Mi madre, ¿cómo lo haría mi madre?"...
Yo, por ejemplo, cada vez que me pasa algo quiero contárselo a mi madre, me apetece muchísimo...
P: ¿En qué influye el carácter?
CR: Hablamos de personas y al final cada persona tiene un temperamento y ciertas áreas de mejora y a lo mejor, aunque tú estés con toda tu buena intención la otra persona es una persona poca expresiva.
CON LOS HIJOS ADOLESCENTES: "NO SE DEBE IMPONER, SE DEBE ACONSEJAR. HAY QUE TRANSMITIR CONFIANZA EN ELLOS"
P: Entonces es "vale te escucho" pero si me parece una cosa mal, ¿no te digo que me parece mal? O, ¿te digo que sí porque sí?
CR: ¿Desde dónde se lo dices? Si se lo dices porque estás jugando el rol de permisivo o se lo dices porque estás luchando con él, esa persona no se va a sentir a gusto. Si a ti te parece que quizá tomando determinado camino va a tener una consecuencia desagradable por supuesto que se lo puedes comunicar, pero no imponer porque es algo que te está contando de su libre voluntad. Entonces no se debe imponer... Y en todo momento estoy hablando de circunstancias normales, no estoy hablando de una persona que te diga que se va a drogar.
Y, también, para no jugar ese papel de permisivo es necesario confiar en que la persona va a vivir lo que necesite aprender, porque en el momento que tú tienes la confianza de que eso es así, cuando esa persona vaya a tomar un camino que a ti te parezca que es el equivocado, se lo vas a poder aconsejar y le vas a transmitir esa confianza.
P: A tu juicio, tú que eres adolescente ¿en qué se equivocan a veces lo padres?
CR: Encasillarles y hacerles creer que no valen para determinadas cosas (de eso hablaremos estos días).
Y otra cosa pues exigencia más alta en relación al afecto. Tú eres responsable de darle una buena educación eso está claro, pero no es tu propiedad. Y muchas veces, no digo que lo digan o que lo crean conscientemente pero transmiten esa sensación. Entonces es como "tú eres de mi propiedad y tú tienes que hacer lo que yo te diga y tú tienes que pensar como yo te diga porque eres mío". Pero de esa manera no te le estás dejando espacio para que cree cosas y estaremos ante una sociedad en la yo hago lo establecido y no creo nada nuevo donde luego se oye: "Es que hay pocos emprendedores".
En ese sentido mis padres siempre me han tratado como a una adulta. Desde niña me daban explicaciones para todo y como si fuera capaz y de lo que me he dado cuenta es de que ahora muchas veces hablo o pienso como una adulta o como si fuera capaz de lograr lo que me proponga.
P: Pero no creo nada nuevo porque no me apetece a mí o porque... ¿Tú crees que si los padres dieran más libertad se crearía más y no habría esa visión de desmotivación que se tiene de los jóvenes?
CR: A ver quiero aclarar que no se trata de libertad de "haz lo que quieras", sino como dice Úrsula (su madre) libertad psicólogica, es decir, te dejo espacio para que tú pienses lo que tú creas, para que te desarrolles.