MADRID, 14 Jun. (CHANCE) -
El pasado martes, tan sólo cuatro días después de la muerte de su dueño, Darío Barrio, su restaurante Dassa Bassa abría sus puertas de nuevo porque, como dijo Freddie Mercury, "El show tiene que continuar".
El restaurante permaneció cerrado el fin de semana y el lunes, día de descanso de personal. Lo cierto es que Dassa Bassa era y es un referente de la comida moderna y cosmopolita.
Darío Barrio ha declarado en múltiples ocasiones que este restaurante era su gran sueño y hace tan solo unos meses celebró el décimo aniversario de este proyecto rodeado de amigos.
El popular chef falleció a los 42 años en Jaén mientras realizaba salto base en un acto de homenaje a Álvaro Bultó, fallecido en circunstancias similares en 2013 en Suiza. Barrio deja atrás dos hijos de 5 y 7 años, que acudieron al emotivo funeral de su padre junto a la exmujer del cocinero. Pero lo que también ha dejado el chef es un legado culinario inigualable.