MADRID, 29 Sep. (CHANCE) -
Muchas personas no pueden coger un avión y tras esta información tendrán menos ganas aún. Un estudio reciente de la Fundación Nacional de ciencia de Suiza ha sido publicado por la web Muy Interesante, en el que se demuestra que cuando una persona realiza un vuelo, el mes posterior a este es más propenso para caer enfermo.
Se ha intentado justificar el malestar a los nervios del viaje, la visita de lugares exóticos, al "cambio de aires" ... sin embargo, esto se debe a la disminución del aire que respiramos durante los vuelos, que hace que tengamos más probabilidades de padecer enfermedades inflamatorias intestinales. Esto mismo ocurre cuando nos encontramos a grandes alturas sobre el nivel del mar.
Según Stephan R. Vavricka y sus colaboradores, estar a 2500 o más metros por encima del nivel del mar provoca la inflamación del tejido digestivo. Esto no significa que cada vez que se vuele se enferma, sino que somos más propensos a "ponernos malos".
Todo tiene su parte buena y su parte mala: viajar es ideal, aunque a veces provoque dolores de estómago, no deja de ser un hobbie apasionante.