MADRID, 27 Ene. (CHANCE) -
Las fiestas, con cabeza, suelen disfrutarse mejor. Sin embargo, han proliferado en nuestro país demasiadas fiestas para turistas jóvenes que están basados en el temido turismo de borrachera.
Uno de los ayuntamientos que más ha sufrido este tipo de turismo y del cual quiere quitarse el sambenito de que en la localidad no solo se ofrece este tipo de entretenimiento, es el de Calella. Esta localidad situada en la comarca del Maresme, provincia de Barcelona, lleva varios años intentado demostrar que su ciudad no solo ofrece este tipo de turismo.
La fiesta en concreto con la que el propio ayuntamiento ha tomado acciones legales es la conocida como Spring Break o lo que es lo mismo, vacaciones de primavera que muchos países celebran, coincidiendo con la Semana Santa. Un festival que el año pasado se celebró y que atrajo a más de 900 turistas franceses en busca de diversión, fiesta y alcohol.
Y es que se mire por donde se mire, la cantidad de jóvenes que vienen sin tener control ni cabeza, más que ayudar a los comercios de la localidad, ellos mismos ven que les perjudica. Normalmente, este tipo de jóvenes suelen venir a nuestro país, en busca del sol y la playa además de la juerga a través de unos packs cerrados que ya incluyen además de la fiesta, alojamiento y comidas.
Por lo que los comercios de la localidad apenas ven que aumenten sus ingresos y sobre todo, se ve perjudicada la imagen de su ciudad. En vista del daño que se ha hecho a la localidad, el ayuntamiento quiere tolerancia cero con este tipo de turismo. Era ya el año pasado cuando demandaba al tour operador que organizaba el Spring Break en la ciudad.
Ha sido ahora cuando hemos conocido que un juzgado de Arenys de Mar (Barcelona) ha admitido a trámite la demanda de dicho ayuntamiento contra la empresa organizadora que como decimos, llevó a 900 jóvenes franceses con el reclamo de alcohol sin límite. Como ya hemos comentado, dicha demanda se fundamenta en el "daño" que ocasiona este tipo de turismo de borrachera, según ha informado el diario El Punt.
Además, la demanda reclama que dicho operador del Spring Break no pueda llevar a cabo este tipo de actividades en el municipio. Calella quiere tener la imagen de un turismo "basado en la especialización familiar y deportiva", tal y como informa el mismo diario. La alcaldesa, Montserrat Candini, también ha querido manifestarse expresando que la ciudad "no hará ninguna concesión y mantendrá la tolerancia cero ante el turismo de borrachera".
Los turistas franceses que esperaban como agua de mayo este tipo de fiestas tendrán que esperar a ver qué ocurre. Otras ciudades de Tarragona como Salou, si que pueden seguir teniendo este tipo de vacaciones de primavera basados en el turismo de borrachera que se quiere erradicar. Y es que para ser el rey de la fiesta no hace falta enloquecer o arrasar con lo que encontramos a nuestro paso...