MADRID, 3 Oct. (CHANCE) -
A cuántos de nosotros nos hicieron leer por obligación La casa de Bernarda Alba cuando estudiábamos y quiénes de nosotros la leímos por pura diversión, para sumergirte en un mundo completamente turbulento de duelo, olvido y pasiones prohibidas. Tacones Manoli es un espectáculo clandestino inmersivo, un viaje al universo lorquiano con toques de flamenco que combina diferentes disciplinas como baile, canto, música y teatro gestual. Un viaje a lo desconocido, donde cada espectador va a vivir su propia experiencia, por eso será mucho más alucinante si disfrutas de este espectáculo en compañía, para más tarde, compartir lo que cada uno ha sentido y ha visto.
Muchas son las veces que grandes artistas de nuestro país han afirmado que no solamente se transmite con un diálogo o con una escena, el baile y el cante son dos disciplinas que aunque normalmente vayan unidas, transmiten mucho más de lo que las palabras pueden reflejar.
Esta nueva experiencia inmersiva nace bajo la producción y dirección creativa de Iñaki Fernández, CEO de LETSGO, productora de la exitosa saga de Hole. Este proyecto tan alucinante cuenta además con un consolidado equipo creativo compuesto por Felype de Lima, quien se ha encargado de toda la dirección artística, escenografía y vestuario. Así mismo, Manuel Liñán ha sido el coreógrafo de todos los personajes. En esta ocasión, se ha tomado como referentes experiencias teatrales inmersivas a puerta cerrada de renombre internacional, como Sleep No More de la productora Punch Drunk, que triunfa en Nueva York y Shanghái, adaptándolo a su propio universo.
Pero, ¿de qué se trata Tacones Manoli? El público recorrerá libremente las tres plantas del palacio, compuesto por numerosas estancias y escenas diferentes, por lo que no existe un recorrido ni orden determinado. Durante el recorrido, aparecerán personajes singulares inspirados en la obra de La casa de Bernarda Alba, donde el luto es el punto de partida.
Al entrar en Tacones Manoli, el azar marcará el camino del visitante a través de una enigmática carta que recibe al principio del espectáculo. Se ha diseñado una baraja específica de cartas del tarot, compuesta por doce cartas y con un significado concreto. Cada carta representa algún personaje o situación del show. De esta forma, estas cartas tienen un significado no solo como elemento esotérico simbólico, sino que también a través de los dibujos narran elementos de la historia que va a ver el público.
Las cartas son utilizadas a su vez para dividir al público; cuando el público entra en Tacones Manoli recibe una carta que representa la entrada a la casa, esas cartas son dadas a cada uno del público al azar. Por eso, aunque el visitante asista acompañado, se recomienda que sea dividido en función de la carta que reciba para vivir su propia experiencia. Cada grupo lo forman aproximadamente doce personas, una vez reciban la carta se inicia el recorrido con el grupo de personas que ha recibido la misma carta y más tarde, dentro de la casa, volverán a dividirse.
A todos los invitados se les pondrá una máscara blanca en la cara para guardar la fiel identidad del espectadora, servirá para ocultar el rostro y acrecienta la presencia del que lo lleva en el espacio que lo circunda y lo sitúa en un estado de disponibilidad para descubrir cosas nuevas en la calma y el silencio. El color es el blanco porque se relaciona con el rostro pálido de la muerte.
Iñaki Fernández nos cuenta cómo surgió la idea de traer este tipo de espectáculo, nunca antes visto, a la capital: "En Nueva York, Londres, Shanghái se hacen este tipo de espectáculos inmersivo, viendo el éxito que había en estas ciudades, dije: 'Yo tengo que hacer una cosa así pero nuestra, muy española'. Me junte con Felype de Lima y decidimos trabajar con la música flamenca, que tiene raíces maravillosas y ocultas y gracias a una cosa moderna puede acercar a ese público que no se metería en un tablao y además de eso, dijimos que teníamos que dar una dramaturgia, en este caso La casa de Bernarda de Alba".
Iñaki quiso trabajar con uno de los grandes libros de la literatura española porque: "Lorca era una grande y muchas de sus obras son representadas con música en flamenco. Nos gustaba mucho la oscuridad y los personajes de esa obra". Además, quiere dejar claro que de alguna forma, los espectadores forman parte del espectáculo: "Lo es pero no necesariamente tiene que participar en nada y tampoco se va a sentir molesto con alguna situación. Al llevar la máscara consigues poder desinhibirte y convertirte en otra persona. La idea está concebida a vivir una historia durante dos horas y media, un sueño, hacer el recorrido viendo qué es lo que sucede en el local".
"Lo primero es que van a poder usar todos sus sentidos, lo segundo es que van a vivir una experiencia que no han vivido y lo tercero es acercarles a un mundo oculto del flamenco que igual no han conocido y que lo puedan llegar a conocer, además va haber comida y bebida, si te apetece te metes en la cocina de Manoli y te pones a comer con ellos" continua explicando el director.
Tacones Manoli se instala en unos de los edificios más emblemáticos de la capital. Un local con mucha historia y con muchas historias por contar. El edificio fue una mazmorra de la Inquisición, una antigua ermita donde se reunían templarios y masones, y también pasó a ocupar la sede de la primera Bolsa de Madrid. Incluso se rumorea que un pasadizo secreto lo une con el Palacio Real. La ubicación exacta se desvela al espectador cuando reciben la entrada que han adquirido.