MADRID, 27 Dic. (CHANCE) -
En un año prolífico para la ficción nacional -la industria empieza a levantar cabeza tras el duro varapalo de la crisis y de la caída publicitaria-, nos hemos topado este 2015 con una paleta de personajes masculinos de lo más variopinta, en la que han brillado con luz propia esos roles que no nos gustaría tener cerca de nuestras vidas, o sí, por su ambición, codicia, narcisismo, ansias de poder y capacidad para hacer el mal, pero que nos enganchan adictivamente a la pequeña pantalla.
No todos fueron perversos, pero ganan por goleada los canallas, los granujas o los que un día lo fueron y buscan la redención.
YIHADISMO, ¿CREENCIA O NEGOCIO?
Empezamos con los malos malísimos, como Khaled Ashour, el marido de Fátima (Hiba Abouk) en El Príncipe, un personaje que ganó protagonismo en la primera parte de la segunda temporada de la serie de Telecinco y que dará la traca en el desenlace definitivo. El francés Stany Coppet, que pasó casi inadvertido en la primera entrega, se postula como uno de los máximos protagonistas del relato de Plano a plano como el peligroso líder de una cédula yihadista y el máximo objetivo del CNI.
El marido de Dolores Chaplin contaba hace unos meses como la gente se le acerca por la calle para admitir que les gusta odiar a su personaje. Tanto ha gustado su trabajo que el intérprete y su familia han decidido trasladarse a Madrid en busca de nuevas oportunidades de trabajo. Seguro que vemos a este altísimo actor galo en futuras producciones españolas.
OBSESIÓN Y SOBERBIA
De Francia a Argentina de la mano de Ramiro Blas, el actor de Mar del Plata que da vida al cruel y vicioso doctor Sandoval de Vis a vis. El médico de la prisión femenina de Antena 3 está obsesionado con la protagonista, Macarena (Maggie Civantos), cuánto más le rechaza, más se ciega por ella, mostrando hasta donde puede llegar una obsesión enfermiza. Tanto es así, que los guionistas decidieron que el personaje recibiera una verdadera paliza de Fabio, el funcionario encarnado por Roberto Henríquez. Como decía el propio Ramiro aquello fue "la venganza de los televidentes".
QUIEN TODO LO QUIERE, TODO LO PIERDE
Pero para diabólicos, Enrique Vergel Artero, personaje de Sin identidad (Antena 3)que ha devuelto a la televisión al veterano Tito Valverde, al que vimos casi de refilón en Velvet y que nos reconcilió con la policía durante diez años gracias al magnánimo Gerardo Castilla en El comisario. Sobre este médico eminente, de corazón despiadado, cayó toda la ira de su sobrina adoptiva, María -a la que dio vida Megan Montaner- y el recelo de su hijo, Bruno (Miguel Ángel Muñoz), de su nuera Amparo (Verónica Sánchez) y de su mano derecha, Juan Prados (Daniel Grao). El abulense se confirma como uno de los mejores secundarios de este 2015, reconocido en los Premios Eñe.
APETITO VORAZ POR EL PODER
Es cierto que el trabajo de Álvaro Cervantes en Carlos, Rey Emperador marcará un antes y un después en la carrera de este jovencísimo actor catalán, aunque las audiencias de la serie de La 1 de TVE no acompañen. Pero a muchos nos ha llamado la atención sobremanera el trabajo de Alfonso Bassave como Francisco I de Francia. Este monarca se caracterizaba por su apetito voraz con las mujeres, por su altivez y ambición, características todas ellas que el madrileño ha sabido integrar a la perfección en su retrato del soberano y eterno enemigo del emperador español. Después de muchos trabajos en la gran pantalla, Alfonso dará el salto internacional en The Rendezvous,una cinta de acción de producción estadounidense en la que compartirá cartel con Stana Katic, la protagonista de Castle.
LA PERSONIFICACIÓN DEL CACIQUISMO
El ambicioso Miguel Rueda de Pedro Casablanc en Mar de plástico no es el único malo en la carrera del marroquí ni será el último. Manuel Klimov 'Ruso' de Policías en el corazón de la calle y Pablo Acosta de Motivos Personales le valieron el reconocimiento en los Premios de la Unión de Actores en 2011 y 2005, respectivamente.
El veterano intérprete de 52 años deja su impronta en el drama policial de Boomerang TV, terminando en una bañera suspendido por cadenas y a punto de ser asesinado por su propio hijo adoptivo. Estamos deseando saber si el empresario de Campoamargo se redime en la segunda temporada o le puede la sed de venganza.
DE LA MALICIA AL DISPARATE
Un tipo de rol que gusta mucho al espectador es el del pícaro, esos personajes bribones y traviesos que utilizan todo tipo de triquiñuelas para lograr su objetivo, aunque alberguen un corazón de oro y la suerte siempre les dé la espalda. Es el caso de Mariano Santaella, el Supervising Jefe al que dio vida el camaleónico Joaquín Reyes en Anclados.
Una vez más vuelve nos convencer como este inepto y torpe dueño de una compañía naval a la que lleva a la ruina. El creativo albaceteño impulsor de La hora Chanante y de Muchachada Nui, es el más beneficiado de la sorpresiva cancelación de la comedia de Globomedia, a la que acompañó la audiencia, ya que Telecinco ha puesto sus miras en él para próximos proyectos como presentador en Cuatro.
EL SEÑORITO AL QUE LE LEVANTAN EL CHIRINGUITO
Sin desmerecer el primer trabajo a nivel nacional de Jon Plazaola en Allí abajo, nos congratula el salto enorme que ha supuesto para Alfonso Sánchez su trabajo como Rober, el señorito cirujano al que le acompaña el éxito con las mujeres hasta que el socarrón vasco llega a su cortijo médico para levantárselas. Este actor, guionista y director de cine sevillano ha tenido un 2015 prolífico, gracias a la aciaga Alatriste (Telecinco) y con su entrañable Curro de Ocho apellidos Vascos/Catalanes, la pareja inseparable de Joaquín (Alberto López) en su Trilogía sevillana, un fenómeno en YouTube.
UN ALATRISTE MINISTERIAL
Seguimos en clave comedia para fijar nuestra atención en Nacho Fresneda y su Alonso de Entrerríos, una de las interpretaciones más destacadas de la aplaudida El ministerio del tiempo. El soldado de los Tercios de Flandes le queda como anillo al dedo al actor valenciano y nos ha brindado algunos de los mejores momentos de la serie de los hermanos Olivares para TVE, cuya segunda temporada está a la vuelta de la esquina. Lejos de huir de las comparaciones con el personaje de la obra de Arturo Pérez-Reverte, los guionistas lo potencian con guiños muy acertados, como la escena en la Casa del Libro de la Gran Vía madrileña cuando al militar le llama la atención la portada de uno de los ejemplares de Alatriste.
EL INMADURO QUE SIENTA LA CABEZA
De la ciencia ficción damos un salto al drama romántico de la mano de Mateo Ruiz Lagasca, el personaje que le ha hecho llorar a lágrima viva a su intérprete, Javier Rey, en la última temporada de Velvet. Este coruñés, que empezó como secundario, ha ido ganando terreno de manera directamente proporcional a la marcha del protagonista, Miguel Ángel Silvestre, al que asegura Paula Echevarría veremos en la próxima entrega, aunque otros se empeñen en su marcha definitiva.
El trabajo de Rey ha llamado la atención del gremio y que empieza a dar sus frutos con nuevos proyectos, como la miniserie de Telecinco Lo que escondían sus ojos, en la que compartirá cartel con Rubén Cortada y Blanca Suárez.
EL INFILTRADO
Ponemos la guinda con Yon González, que nos sorprendía gratamente con su agente infiltrado de Bajo sospecha. El joven actor vasco, al que hemos visto crecer en televisión desde su debut nacional en la juvenil SMS, ya dio muestras de su madurez interpretativa en Gran Hotel, con la que logró despojarse del fenómeno fan que supuso su Iván Noiret de El internado.
Este enigmático y rebelde agente de investigación ha terminado de convencer a los directivos de ficción de Antena 3, que le quieren sí o sí en la segunda temporada junto a Olivia Molina, la eterna sustituta de Blanca Romero. Trabajo que además ha sido reconocido en la última edición de los Premios Madrid Imagen como el mejor actor de drama. ¡Enhorabuena!