MADRID, 18 Sep. (CHANCE) -
Desde que la semana pasada empezase Gran Hermano VIP 7, muchas han sido las críticas que se ha llevado Mila Ximénez. Lo cierto es que nada más bajarse del coche empezó a quejarse, pero como siempre lo hace, con un tono bromista que tiene su punto de gracia. Recordemos que la organización del programa le hizo entrar, a ella y al Cejas, por la gatera de la puerta y se negó en rotundo, introduciéndose a la casa de sus sueños finalmente por la puerta. Más tarde, viendo las duras pruebas que el reality le han puesto nada más comenzar la edición -el bunker- ya avisaba a su amigo y presentador Jorge Javier Vázquez de que al día siguiente abandonaría la casa.
Mila Ximénez es una profesional de la televisión y de los medios de comunicación, sabe perfectamente qué es lo que tiene que hacer para quedar bien y aún así, le da igual. Apuesta por la naturalidad y espontaneidad del momento y batalla contra todo aquel que se cruza en su camino. Y eso es lo que nos gusta, ver a una persona -por muy insoportable que pueda ser- en su faceta más natural.
Belén Esteban fue muy criticada durante su edición de Gran Hermano VIP, tanto es así que muchos aseguraban que se había cosechado ella misma su tumba en televisión y que después de protagonizar las tramas más polémicas del reality, no volvería a trabajar en ningún programa. Esto ocurrió porque desde el primer momento, la princesa del pueblo se enemistó con Olvido Hormigos, movilizando de forma involuntaria a todos sus compañeros. Lo mismo que está pasando en esta edición de Gran Hermano con Hugo Castejón, ya que después de tener una discusión el primer día con Mila Ximénez, toda la casa se ha posicionado a favor de la periodista y le ha dado la espalda al concursante.
Mila Ximénez puede opta por seguir dos caminos completamente diferentes. Seguir en la casa de Guadalix de la Sierra como lo ha estado estos días: mostrándose cansada de vivir rodeada y aislada, quejándose continuamente, enfrentándose a todo el que se cruce en su camino con una opinión distinta a la suya, algo que nos gusta mucho a los espectadores del programa ya que conocemos todavía más a la persona. O crearse un personaje que no entra en las guerras ajenas y poniendo buena cara a todo lo que ocurra entre las cuatro paredes de GH VIP 7. La primera aporta contenido, la segunda aburre.
La periodista tiene un carácter difícil, lo ha demostrado mil veces en el plató de Sálvame pero, es justo decir que a los suyos los defiende a capa y espada. Sus bromas no dejan de ser menos bromas si las reproduce en forma de queja, lo que ocurre es que, muchos de los espectadores del programa no conocen a los personajes que entran al reality y les juzgan sin conocer la trayectoria que han tenido y que tienen por delante. A los participantes hay que ponerles en el candelero por lo que hagan dentro de la casa, pero para eso, se tiene que tener una base de reconocimiento del mismo para saber por qué cada uno de ellos se enfrentan de una manera diferente a los conflictos.
Mila Ximénez no ha pedido que nadie se ponga a su favor ni que mucho menos la hagan 'la pelota'. Es el personaje con más años recorridos en la televisión y todos ven en ella un amuleto de salvación para las nominaciones ya que piensan que es la que más apoyo tiene fuera de la casa, por eso, hacen y dicen todo igual que ella. El error no es de la colaboradora, es de los concursantes que tienen carencias en su personaje y se dejan llevar porque creen que así llegarán más lejos. La exmujer de Manolo Santana tiene todo hecho, su casa, su trabajo, su familia... Sabe que está de paso en el concurso y eso es lo que la diferencia de todos los demás, que luchan por ser alguien o por conseguir una reputación que le abre puertas el día de mañana tras salir de esta aventura, mientras que Mila saldrá con todo hecho.