MADRID, 29 Oct. (CHANCE) -
Bertín Osborne ha vuelto a abrir las puertas de su casa en La tuya o en la mía. Esta vez ha sido en su hogar de Sevilla donde ha recibido a uno de los dúos cómicos más queridos de nuestro país: Los Morancos.
Los hermanos Jorge y César Cadaval se han sentado en el sofá de Bertín para hablar de sus comienzos en el mundo del espectáculo, de sus amores y de la pérdida de su madre. Secretos y anécdotas hasta ahora desconocidos que el cantante ha conseguido sacar a sus invitados.
Y es que Jorge ha contado cómo fueron sus comienzos: "Empecé a trabajar con mi hermano por una apuesta con el dueño del pub donde actuaba". De ahí al éxito pasaron varios años en los que su familia se convirtió en un valioso apoyo.
María, la madre de los hermanos Cadaval, ha sido siempre un pilar muy importante para ambos por lo que su muerte les dejó sumidos en una profunda tristeza. "La mirada de una madre a un hijo es siempre limpia, por muy mal que estén las cosas", explicaba Jorge a Bertín y añadía: "Nunca estamos preparados para perder a quien se quiere".
César no se quedó atrás y alabó la figura de su madre: "Mi madre era una señora. Era tan sensible, tan buena y fíjate que yo era muy de mi padre porque me gustaba el fútbol, los toros, el cante. Era muy similar a los gustos de él".
De su infancia junto al resto de sus hermanos guardan muy buenos recuerdos: "Vivíamos en un piso de 50m2 en el barrio de El Tardón. Tengo unos recuerdos preciosos de mi casa", explicaba Jorge.
CÉSAR CADAVAL, UN AUTÉNTICO HIPOCONDRIACO
En cuanto a su pasado, César confesó la pasión que siempre había sentido por la música, tanto que él es el autor de la reconocida canción de Los del Río Sevilla tiene un color especial, y que también le escribió una bulería al mismísimo Camarón de la Isla.
Muy hipocondríaco, César ha despertado en numerosas ocasiones a su hermano al grito "me estoy muriendo". Una situación que le llevó al psiquiatra que le recetó unas pastillas: "Me convencieron para que fuera a un psiquiatra. Le conté todo y me mandó unas pastillas. Pero me dijo: 'Va a eyacular usted más tarde y se le va a quitar a usted el apetito sexual'. A los 20 días voy a la siguiente consulta y me pregunta: '¿cómo se encuentra usted?' Yo veo pájaros por todas partes. Empezó el tío a reírse, y desde entonces mis amigos las llaman las pastillas de los pájaros".
Una anécdota que dejó paso a una distendida comida donde Los Morancos y Bertín estuvieron acompañados por Ken, la pareja de Jorge, y el hijo de César. Hasta esa mesa se trasladaron Omaíta y Antonia que hicieron su aparición estelar antes de que Jorge contase lo que le dijo su madre cuando viajaron a Estados Unidos: "Llevo pastillas para todo. Nos van a parar en la aduana por pastilleras".
Para finalizar, Bertín y sus invitados se retaron a una partida de billar donde las dotes de jugador del cantante quedaron en entredicho según el mayor de Los Morancos: "Tú con las mujeres serás muy bueno en el billar eres regular".
Además, los sevillanos le preguntaron si se acordaba del cumpleaños de todos sus hijos, a lo que Bertín supo salir muy airoso entonando el Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo...