MADRID, 23 May. (CHANCE) -
Otra noche más hemos podido desbordar carcajadas ante el televisor con el humor de Ciento y la Madre. Además gracias a Patricia Conde, la presentadora más ocurrente de la televisión, cada noche de jueves disfrutamos de los momentos más divertidos y las bromas más ingenuas. Este nuevo programa ya ha logrado hacer reir a muchos españoles y cada vez son más los que se decantan por el humor de los 'cien'.
En el segundo programa han vuelto las bromas en la gasolinera, donde los compradores se dejan la voz para entonar las peticiones de Patricia Conde. El famoso mago, dueño de una tienda, también ha vuelto a sorprender a los clientes y una vez más pudimos sentir la emoción de un novio que pide matrimonio a su chica mediante alguna broma. El cine fue esta vez el escenario de la pedida de mano, pero después llegó la venganza. En plató, Patricia se puso manos a la obra y llevó a cabo la famosa 'vendetta' e hizo sentir al novio lo que su chica sentía, unas fuertes contracciones de embarazada.
Como en el programa anterior, también acudieron algunas de las caras más conocidas. María José Campanario sacó su lado más rebelde y la lió en una de las cervecerías más concurridas de Madrid. Haciendo caso a la presentadora por el pinganillo, la mujer de Jesulín casi estalla de un ataque de nervios gritando que sus amigos la habían dejado tirada. Además se dio cabezazos contra la pared y machacó aceitunas con la boca y se las ofreció a un grupo de jóvenes. Sin duda el lado más divertido jamás visto de María José.
Aquí no acaba todo, Lolita también fue cómplice de una disparatada broma en la que hacía un casting a varias personas para ser su 'personal shopper'. La cantante terminó poniendo nerviosas a sus víctimas cuando las incitaba a robar ropa a una amiga suya. Mientras al otro lado del pinganillo, Patricia Conde y todos los espectadores no podíamos evitar romper a reir a carcajada limpia.
También pudimos ver a Carmen Lomana ejerciendo de charcutera, vendiendo fiambre a grito limpio. La reina del glamour se convirtió en una dependiente muy atípica, una de las facetas más desconocidas de una de las divas de España.
El gran actor Antonio Tejero no quiso ser menos y también participó en el desternillante programa. Se hizo pasar por un frutero que desconcertó a todos sus clientes. Una vez más patricia Conde ha dado un golpe sobre la mesa y se ha convertido en la capitana de un barco que rema con mucha fuerza, un programa cuyo éxito se reafirma cada semana.