MADRID, 4 Nov. (CHANCE) -
Aunque los primeros en pedir la hora sin cámaras fueron Aritz y Han, Suso y Raquel han sido los que la han hecho efectiva. La pareja ha querido compartir un momento de lo más íntimo tras su reencuentro del pasado jueves.
A pesar de las peleas que han tenido en estos primeros días de nueva convivencia, la fisioterapeuta y el catalán han sucumbido a los placeres de la casa. Tras disfrutar de una cena a la luz de las velas, el 'súper' les anunciaba que las cámaras del concurso se apagaban durante 60 minutos. Un tiempo libre de miradas incómodas en la que los micrófonos eran los únicos encargados de dar testimonio de lo que sucedía bajo esas sábanas.
"Me flipa", le decía Raquel a Suso mientras él le recordaba "te dije que ibas a salir enamorada de aquí". Una afirmación a la que la repescada por el público respondía: "Y tú también".
Tras el "te quiero" de Raquel, la pareja preguntó cuánto tiempo tardaba para volver a realidad. Y es que su hora sin cámaras no será recordada en la historia del concurso como una de las más intensas: "Hemos dado poco la talla", afirmaba el catalán.
Al volver las cámaras, Suso salió de la cama como alma que lleva el diablo a lo que Raquel le pidió que volviese a su lado: "Me ha entrado hambre, es mi momento respétalo", le decía el musculitos de Guadalix.
ARITZ PLANEA UN MOTÍN DENTRO DE LA CASA
Cambiando completamente de tercio, una semana más los concursantes de Gran Hermano 16 se han sometido al veredicto del 'súper' para conocer si habían pasado la prueba semanal o no. Una decisión que influye directamente en el dinero que disponen para llenar la despensa.
Y es que a nadie le gusta pasar hambre, por eso los concursantes han mostrado su indignación máxima cuando han conocido que no habían pasado la prueba. El incumplimiento de las reglas del juego llevaba a esta decisión, y es que esta semana debían ponerse en la piel de jugadores profesionales de tenis donde solo los habitantes con el rol de recogepelotas podían cogerlas, algo que no se había llevado a cabo hasta en cuatro ocasiones.
Pero estos motivos no han sido recibidos de buena manera por Aritz. El vasco ha definido la decisión como una "mierda" y ha añadido: "Si quieren que no comamos pues no comemos".
Su enfado no ha parado ahí, tan indignado estaba que no ha dudado en amenazar con un motín: "Vamos a dormir todo el día".