MADRID, 17 Sep. (CHANCE) -
Los primeros días en la casa de Gran Hermano VIP comienzan a hacer estragos. En esta ocasión ha sido Gustavo Guillermo el primero en preocuparse por cómo lo estarán viviendo fuera y es que el quee fuera chófer de María Teresa Campos ha confeso estar triste por la pérdida de la que ha sido su amiga durante muchos años.
Entre lágrimas Gustavo se ha sincerado con sus compañeros sobre cómo ha sido el último año al lado de la periodista ya que, cómo ha revaldo, ha sido especialmente duro. Sometido a mucha presión en los últimos meses, Gustavo deja claro que tras su paso por la casa de Guadalix le espera una temporada de descanso alejado del foco mediático.
Tras la polémica que ha habido sobre si las hijas de María Teresa han apoyado o no a Gustavo en esta nueva aventura, el chófer deja claro que está en el concurso por María Teresa Campos, que la echa de menos y que no está disfrutando al máximo del concurso por miedo a lo que puedan pensar Terelu y Carmen Borrego desde sus casas. Ante estas declaraciones, en el plató también se instauraba el debate ya que Belén Rodríguez aseguraba que la llamada entre las hijas de María Teresa y Gustavo no fue como él la está contando. "Es una llamada para hablar de otras cosas que había pendientes y Carmen le dice que entre tranquilo" matiza Belén.
En defensa de su marido, Ainhoa explica el motivo por el que Gustavo envió un e-mail para solicitar una baja epsués de 34 años: "Las funciones que tenía como trabajador ya no eran las que eran, no quería ser una carga económica para ellas pero quería seguir viendo a María Teresa". En cuanto a la relación actual que Guillermo mantenía con las hermanas Campos, su mujer explica: "Tienen una relación cordial, se habían distanciado pero cuando María Teresa se pone mala, se olvida todo".