José Ortega Cano entra en Supervivientes para evitar el abandono de Gloria Camila

GLORIA CAMILA SUPERVIVIENTES/TWITTER
GLORIA CAMILA SUPERVIVIENTES/TWITTER
Actualizado: viernes, 26 mayo 2017 8:27

   MADRID, 26 May. (CHANCE) -

El amago de abandono de Gloria Camila y el desencuentro de Edmundo con la organización marcaron los últimos siete días en Honduras. La nominación y el distanciamiento de Kiko hizo mella en la hija de José Ortega Cano, un bajón anímico inesperado en una de las mejores concursante de esta edición de Supervivientes y una de sus potenciales ganadoras.

Y de las emociones de la joven al enfado morrocotudo de Bigote porque entendió que el premio de desayuno por ganar la prueba de recompensa del domingo era internacional, es decir, bien completito, con sus huevos, su bacon, su zumo... El café con tostadas que le ofrecieron a diario le parecieron una estafa. Indignado con Lara amenazó con una huelga de hambre que se volatilizó.

Hasta le pusieron los vídeos en los que la asturiana no dice nada de huevos y bacon y el cómico se escudó en problemas de sonido. Carmen Borrego esperaba que el novio de María Teresa Campos pidiera disculpas después de su metedura de pata. Lo hizo a regañadientes, escondido en un pañuelo blanco que cubría parte de su rostro, mostrándose muy inmaduro con las excusas, desconfiado con la dirección y sin conectar con la hermana de Terelu Campos en el escaso minuto que departieron.

NOCHE DE ENCUENTROS Y REENCUENTROS

Los celos del extronista son enfermizos. El 90% de su conversación esta semana alejado de Gloria Camila era dedicada a su pareja y a Alejandro, al que Kiko no puede ni ver ni en pintura. Cuando se reencontraron se fundieron en un largo abrazo y se dedicaron todos los besos que no se habían dado en siete días larguísimos. "Han parecido meses, te he echado mucho de menos", le decía el superviviente a su chica. "Solo vivo por y para Kiko", le dijo la hija de la más Grande a Jorge Javier Vázquez.

Las madres de Kiko, Carmina, y la de Alex, Inmaculada, son los primeros familiares que cruzaron el charco para mostrar su apoyo a los dos robinsones, un reencuentro inesperado en Cayo Paloma que motivará al resto de participantes. Carmina fue avistada primero por Camila, a la que le esperaba una sorpresa que iba a ayudarla a remontar los últimos días. "Estamos deseando verte, pero también que cojas muchas fuerzas, yo creo que tu madre te está ayudando. Me gusta mucho tu templanza y estás más natural y eso te va a ayudar en el futuro", le dijo José Ortega a su hija vía telefónica. "No te olvides que en la vida cada día es un día nuevo, lucha y sé generosa", añadió. Jorge despidió la llamada con Rocío Jurado cantando de fondo Como las alas del viento. Emocionante el abrazo de madre e hijo, al que se unió Camila. La pareja, como si de La dama y el vagabundo se tratara, degustó con los dedos un plato de espaguettis y albóndigas antes de coger la barca de vuelta a la Palapa. Las lágrimas de Inmaculada cuando vio a su hijo, Alejandro, que era un manojo de nervios por esperar más un castigo que un regalo, fueron enternecedoras.

En el juego de localización lo dieron todo y eso que la propuesta no era fácil, supuso un enorme esfuerzo físico y el calor, según la asturiana, era insoportable. La colocación de las piezas en la fase final demostró la destreza de la que hicieron gala Iván y Alejandro. Los concursantes del grupo Cielo seguirán en Cayo Bolaños disfrutando de la pesca y del paraíso que es la nueva localización de este año.

De dejarse la piel en la playa a la Palapa para dirimir los roces y desencuentros en los dos grupos. Mientras, Janet Capdevilla, la habitante de zombilandia se mostraba contenta con los 15 días en soledad. La exnovicia esperaba ansiosa la llegada de su contrincante y conocer la decisión del público después de pasar una semana en la que que ha dejado grandísimos momentos televisivos. Su rival, la intérprete de la Salchipapa, llegó a la Zona Muerta y se fundieron en un abrazo. La alegría de la concursante de Quiero ser monja iba a durar poco pues la audiencia decidió que era ella quien tenía que regresar a España.

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