MADRID, 13 Sep. (CHANCE) -
En la segunda gala de esta semana de Gran Hermano VIP se ha vivido uno de los momentos más bochornosos de la historia de la televisión. Llevábamos mucho tiempo sin vivir algo así y es que, a pesar de que en todos los platós se produzcan discusiones y malos entendidos, lo que pasó ayer por la noche en Mediaset nos ha dejado sin habla. Todo comenzó porque en una de las publicidades se le quedó el micrófono abierto a Raquel Salazar -madre de la concursante Noemí Salazar- y Jorge Javier Vázquez escuchó todo lo que estaba diciendo sobre él. Al regresar del descanso, el presentador no dudó en preguntarle cuál era el problema que tenía con él y con el programa, y entonces fue cuando se desató la guerra.
"Se ha quedado tu micrófono abierto y he escuchado todo lo que has dicho de mí" dijo Jorge Javier Vázquez y Raquel no dudó en comenzar a hablar: "No me importa, es que lo que yo pienso. Mi problema es que veo que es todo siempre igual, se le da el protagonismo siempre a los mismos. Todos somos iguales, todos somos familiares, siempre veo lo mismo. Vengo con mucha ilusión, a apoyar a mi hija, no me siento apoyada ni que me den mi sitio, no estoy cómoda. Estoy súper aburrida, ¿para qué vengo?".
Jorge Javier Vázquez que no entendía cómo se podía quejar de algo así llevando solamente un día de concurso, le comentó: "Raquel esto va a ir a peor. A mi lo que no me gusta es el juego sucio que estás practicando en este momento, no me interrumpas" y sin que nadie se lo esperase, Raquel Salazar con un tono fuera de lo normal le contestó: "Vale pero tu tampoco me acerques la mano mucho". Desde ese momento todo se vino abajo, el público empezó a abuchearla porque nadie entendíamos como podía insinuar que al presentador se le fuese a ir la mano contra ella, cuando lo único que estaba haciendo era explicarse y acompañar su discurso con gestos.
"Raquel creo que esto no va a llegar a buen puerto, creo que si no estás cómoda no de deberías venir" terminó diciéndola Jorge Javier Vázquez, a lo que Raquel que parece que no tenía ninguna gana de callarse, le contestó: "Me voy en la pausa, yo no me voy a levantar delante de las cámaras porque no me apetece, como si me echas como si he robado en una tienda una camiseta". A partir de ese momento, el presentador se dio perfectamente cuenta de que la conversación no iba a terminar bien y ya enfadado, no dudó en echarle una reprimenda que sin lugar a dudas se la venía buscando desde el primer momento que abrió su boca.
"Cómo se puede ser ahora tan tramposa y decirme ahora que yo te echo como si hubieras robado en un mercado una camiseta, tratándome de poner en contra a la gente. Me parece una cosa muy sucia y por ahí no voy a pasar. Ahora soy yo el que no quiere absolutamente nada contigo. No pensaba que eras así. ¿Cuántas veces has venido a Sálvame, cómo te he tratado?" dijo el presentador. Raquel no se quiso quedar con la palabra en la boca y le volvió a contestar: "¡Pero si he ido un minuto y sin remunerar!". El programa entonces decidió que lo mejor que podían hacer es irse a publicidad y así fue, pero a la vuelta vimos al dueño del cortijo más tocado que nunca y entonces, compartió con todos los espectadores una reflexión:
"La verdad es que he vivido un momento complicado en plató, no pensé que esto fuera a suceder. No he querido reproducir la conversación porque si no le gusta a una persona cómo trabajo, está en todo su derecho. Pero no puedo entender esas acusaciones que ha lanzado sobre mí sin ningún fundamento, lanzarme improperios e insinuaciones... Por ahí sí que no paso. Me tiembla la voz, para mi trabajar en este programa es una fiesta y quiero que continúe, es la única familiar que se ha quejado".