MADRID, 28 Abr. (CHANCE) -
Paola Caruso, la expulsada de la noche, mutó en zombie y vivirá esta semana en una plataforma sobre el agua desde la que podrá divisar el Cielo, el Infierno y Tierra de Nadie. Además, podrá salir 15 minutos cada hora mientras el sol calienta, y hacer lo que le plazca en las localizaciones de sus contrincantes: robar, apagar el fuego y/o hacer las trastadas más rocambolescas que se le pase por la cabeza. ¡Y vaya si lo hizo nada más llegar! Temerosa de las guardias que puedan montar sus contrincantes, la intérprete arrampló con todo lo que pudo porque sabe de sus escasas posibilidades de hacer perrerías de nuevo.
EDMUNDO, EN SU MUNDO
En la Palapa hubo tensión, solo había que ver el tembleque de Edmundo, que parecía ausente, y los silencios generalizados. Pronto llegó el toque de Jorge Javier Vázquez a Bigote Arrocet, aislado del resto, viviendo su concurso y sin aportar grandes momentos al reality. Esperábamos más del novio de María Teresa Campos y, la verdad sea dicha, nos ha decepcionado porque si no hubiera ido tampoco nos hubiéramos perdido gran cosa. Y llegó la confesión: se aburre. La experiencia no está resultando ser tan dura como esperaba, parecía ir de sobrado y durante todo el interrogatorio del presentador desde plató invitaba a sus compañeros a que dieran su opinión sobre su paso por el programa. Lo tiene complicado la actriz Silvia Tortosa, su defensora, para justificar su huidizo comportamiento.
Sus declaraciones tuvieron consecuencias. La organización impuso a su grupo que solo se alimenten de lo que recolecte el cómico, es decir, van a pasar más hambre que Garfield. Decisión que segundos antes fue advertida por Leticia Sabater, que le reprochó su actitud. Y, de repente, un chisquero en una mochila. La presentadora asturiana, con gesto de enfado, mostró el artilugio a los concursantes y pidió que el dueño se retratara. Raudo y veloz entonó el mea culpa Juan Miguel. El ex marido de Karina fue de mentira en mentira para justificar la presencia del mechero rudimentario, hasta admitir que no era solo un amuleto como en su primera versión. ¿Tendrá su castigo? Por la cara de Lara nos tememos que la dirección tome algún tipo de medida porque las normas del programa son inviolables.
GLORIA CAMILA, PROTAGONISTA DE LA GALA
Todos abandonaron la Palapa para jugar la prueba de localización, menos Gloria Camila, a la que el presentador catalán retuvo unos minutos para ponerla al día sobre la situación de su hermano. "Todo está bien", le tranquilizó Jorge Javier, para, a continuación, hacerse una entrevista a lo Sálvame DeLuxe con preguntas insistentes sobre su hermana Rocío. Era previsible que sucediera, la joven se ha soltado de lo lindo esta primera semana, se le ha calentado la boca y no ha parado de hablar de unos y de otros, y de lo mucho que echa de menos a unos pocos, entre ellos su padre, Ortega Cano, y su hermano, José Fernando.
La resolución del reto fue emocionante, lo dieron todo, se jugaban mucho: dónde pasarán los próximos siete días. Ganaron los que han sufrido más esta semana, los que peores condiciones han padecido se ganaron el Cielo. La polémica que ocupó por entero la gala del pasado martes, protagonizada por Gloria y Alba, se dirimió en el juego del cubo. Había un pollo, y mucho orgullo, en juego, y ambas recompensas se las llevó la hija del torero, que compartirá el suculento plato con su chico, Kiko, y su mejor amiga del momento, Leticia Sabater. De vuelta a la Palapa, vimos el buen rollito entre Eliad Cohen y José Luis, el cocinero de Masterchef; y la emoción de Alejandro Caracuel al oír como sus hermanos pequeños le felicitaban su cumpleaños.
NOMINACIONES EXPRESS
El modelo israelí fue proclamado líder del equipo Cielo, tras superar la prueba de apnea, en la que Janet no se lo puso fácil, y Bibi lo tuvo mucho menos complicado porque sus compañeros apenas estuvieron un minuto sumergidos en el agua. Ambos se convirtieron en inmunes y nominaron directamente a un compañero, quedando el cuarteto de amenazados formado por José Luis, Gloria Camila, Lucía y Alba. Un final acelerado el de anoche, el reloj se le echó encima al programa en su primera gala, hubo falta de ritmo en algún momento y notamos a la copresentadora muy condescendiente con la parsimonia de los saludos de los robinsones. Vázquez lo pasó en grande, mejor seguramente que muchos espectadores, y eso, al final, se contagia. Empático y borde a dosis iguales, con su ironía y sus toques de humor marca de la casa, el escritor y autor volvió a ser lo mejor del programa, un reality hecho a su medida.