Tras un fin de semana de desconexión en el que ha puesto tierra de por medio y se ha escapado a Málaga para huir de la presión mediática que está sufriendo desde que su idilio con Carlo Constanzia salió a la luz, Alejandra Rubio retoma su rutina confiando en que con el paso de los días se normalice su historia de amor y pueda hacer planes con el hijo de Mar Flores como si de cualquier otra pareja se tratase.