Muy serio, con gesto resignado y pasándose la mano por la cara con evidente nerviosismo hemos visto a Gerard Piqué a las puertas de la casa de Shakira, esperando durante varios minutos. En el interior de su coche y sin ocultar su fastidio por las preguntas relacionadas con los últimos titulares que han protagonizado tanto él como Clara Chía, el barcelonés ha evitado confirmar o desmentir si su novia está sobrepasada por la presión mediática