El fichaje de Scarlett Johansson como protagonista de la adaptación del manga Ghost in the Shell protagonizó en su momento la penúltima polémica racial en Hollywood motivada por la elección de un reparto eminentemente occidental para llevar a la gran pantalla una historia de origen nipón. Tal fue el revuelo que incluso miles de fans firmaron una petición para que la actriz fuera sustituida por una intérprete japonesa.