Representación de un agujero negro primordial que se forma en medio de un mar de quarks y gluones calientes y cargados de color, una pequeña fracción de segundo después del Big Bang. - KACA BRADONJIC
MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
En la primera quintillónésima de segundo, el universo puede haber generado agujeros negros microscópicos con enormes cantidades de carga nuclear, según proponen los físicos del MIT.
Por cada kilo de materia que podemos ver —desde la computadora de su escritorio hasta las estrellas y galaxias distantes— hay 5 kilos de materia invisible que impregnan nuestro entorno. Esta “materia oscura” es una entidad misteriosa que elude todas las formas de observación directa, pero hace sentir su presencia a través de su atracción invisible sobre los objetos visibles.
Hace cincuenta años, el físico Stephen Hawking propuso una idea de lo que podría ser la materia oscura: una población de agujeros negros, que podrían haberse formado muy poco después del Big Bang. Esos agujeros negros “primordiales” no habrían sido los gigantes que detectamos hoy, sino más bien regiones microscópicas de materia ultradensa que se habrían formado en la primera quintillónésima de segundo después del Big Bang y luego se habrían colapsado y dispersado por el cosmos, tirando del espacio-tiempo circundante de maneras que podrían explicar la materia oscura que conocemos hoy.
Ahora, los físicos del MIT han descubierto que este proceso primordial también habría producido algunos compañeros inesperados: agujeros negros aún más pequeños con cantidades sin precedentes de una propiedad de la física nuclear conocida como “carga de color”.
Estos agujeros negros más pequeños y “supercargados” habrían sido un estado de materia completamente nuevo, que probablemente se evaporó una fracción de segundo después de su generación. Sin embargo, aún podrían haber influido en una transición cosmológica clave: el momento en que se forjaron los primeros núcleos atómicos. Los físicos postulan que los agujeros negros cargados de color podrían haber afectado al equilibrio de los núcleos en fusión, de una manera que los astrónomos podrían detectar algún día con futuras mediciones. Tal observación apuntaría de manera convincente a los agujeros negros primordiales como la raíz de toda la materia oscura actual.
“Aunque estas criaturas exóticas de corta vida ya no existen hoy, podrían haber afectado a la historia cósmica de maneras que podrían aparecer en señales sutiles hoy en día”, dice en un comunicado David Kaiser, profesor de Historia de la Ciencia de Germeshausen y profesor de Física en el MIT. “En el marco de la idea de que toda la materia oscura podría deberse a agujeros negros, esto nos brinda nuevos elementos que podemos buscar”.
La investigación ha sido publicada en la revista Physical Review Letters.