Observación en el infrarrojo lejano - SRON
MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de los Países Bajos están logrando la mayor sensibilidad posible en observación astronómica infrarroja lejana, comparable a sentir el calor de una vela en la Luna desde la Tierra.
En comparación con la mayoría de las otras longitudes de onda, la astronomía tiene un punto ciego en la radiación infrarroja lejana. Tal telescopio aún no existe, por lo que se ha invertido poco en el desarrollo de detectores asociados. SRON (Netherlands Institute for Space Research comenzó en 2004 a invertir en el desarrollo de detectores de inductancia cinética (KID), y ahora publica los resultados alcanzados en Astronomy & Astrophysics.
La atmósfera de la Tierra bloquea la mayor parte de esa radiación infrarroja lejana para los telescopios terrestres, mientras que los telescopios espaciales suelen tener una temperatura que ciega a sus detectores con esta misma clase de radiación que ellos mismos emiten. Con tanto ruido, no tiene sentido gastar mucho dinero en desarrollar detectores infrarrojos lejanos más sensibles. Y debido a la falta de detectores sensibles, los gobiernos destinaron poco presupuesto a telescopios sobreenfriados que no generan ruido, explica SRON en un comunicado.
Junto con TU Delft, los investigadores de SRON casi han perfeccionado la tecnología de observación en esta banda haciéndola tan sensible que pueden ver la radiación de fondo permanente del universo. "No tiene sentido ser aún más sensible", dice en un comunicado Jochem Baselmans (SRON/TU Delft). 'Porque entonces siempre te encuentras con el ruido de la radiación de fondo en sí. Entonces, los constructores de telescopios como la NASA y la ESA ahora tienen acceso a los detectores de infrarrojo lejano más sensibles posibles. Ya se puede ver esto en dos propuestas que se envían a la NASA para un telescopio superenfriado. Son mucho más caros que los telescopios relativamente cálidos, pero nuestros KID hacen que valga la pena".
Los KID están ayudando a la astronomía a cerrar la brecha de terahercios, llamada así por la frecuencia de la luz infrarroja lejana. Por ejemplo, los astrónomos ahora se ven privados de la luz emitida por las estrellas en el universo distante y joven, lo que deja un vacío en nuestra comprensión de la evolución estelar. La brecha de terahercios también es una excelente oportunidad para que los astrónomos aventureros se sumerjan en lo desconocido. "No sabes lo que no sabes. El Campo Profundo del Hubble se creó apuntando el telescopio Hubble a una zona del cielo completamente negra y esperando a ver lo que vemos. Miles de galaxias surgieron de un área más pequeña que el uno por ciento de la luna llena", dice Baselmans.
La sensibilidad que los investigadores han logrado con sus KID equivale a la de sentir desde la Tierra el calor emitido por una vela en la Luna.