Concluye la fabricación de los 949 segmentos del superespejo del ELT

Segmento del espejo primario del ELT
Segmento del espejo primario del ELT - ESO
Actualizado: jueves, 27 junio 2024 17:36

   MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

   El último de los 949 segmentos del espejo primario (M1) de Extremely Large Telescope (ELT), que se está construyendo en el desierto chileno de Atacama, ha sido fabricado en Alemania.

   Con un diámetro de más de 39 metros, M1 será el espejo más grande jamás construido para un telescopio. Como es demasiado grande para ser una sola pieza de vidrio, el espejo primario, M1, estará compuesto por 798 segmentos hexagonales, cada uno de unos cinco centímetros de grosor y 1,5 metros de ancho, que trabajarán juntos para recoger decenas de millones de veces más luz que el ojo humano.

   Se han fabricado 133 segmentos adicionales para facilitar el mantenimiento y el recubrimiento de los segmentos una vez que el telescopio esté operativo. ESO (Observatorio Europeo del Sur), operador del telescopio, también ha adquirido 18 segmentos de repuesto, lo que eleva el número total a 949.

   Las piezas en bruto del M1 (piezas de material a las que se da una forma y que luego se pulen para convertirse en segmentos de espejo), están hechas de Zerodur, un material vitrocerámico de baja expansión desarrollado por la empresa Schott y optimizado para los rangos de temperatura extremos que se dan en la ubicación del ELT, en el desierto chileno de Atacama. Esta empresa también ha fabricado las piezas en bruto de otros tres espejos del ELT (M2, M3 y M4) en sus instalaciones de Maguncia, en Alemania. En total, se han producido 230 toneladas de este material especial.

   Una vez pulidos y ensamblados, cada segmento M1 se envía a través del océano para llegar a las instalaciones técnicas del ELT en el Observatorio Paranal de ESO, en el desierto de Atacama, un viaje de 10.000 kilómetros que ya han completado más de 70 segmentos de M1. En Paranal, a pocos kilómetros del lugar de construcción del ELT, cada segmento se recubre con una capa de plata para que se vuelva reflectante, después de lo cual se almacenará cuidadosamente hasta que la estructura principal del telescopio esté lista para recibirlos.

   Cuando comience a operar a finales de esta década, el ELT de ESO será el ojo más grande del mundo para mirar al cielo. Abordará los mayores desafíos astronómicos de nuestro tiempo y hará descubrimientos aún inimaginables, según un comunicado del ESO.

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