Imagen de emisión difusa de una parte de la red cósmica - R. BACON ET AL./ASTRONOMY & ASTROPHYSICS
MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Astrónomos han cartografiado una parte de la red cósmica sin utilizar cuásares brillantes por primera vez. Sus hallazgos se publican en la revista Astronomy & Astrophysics.
Los astrónomos han asumido durante mucho tiempo que los miles de millones de galaxias de nuestro universo están conectadas por una enorme red cósmica de flujos de gas. La red en sí es difícil de ver porque casi no genera luz. Hasta ahora, solo los nodos de la red cósmica se habían mapeado utilizando cuásares. Se trata de agujeros negros supermasivos en los centros de galaxias cuyo entorno emite enormes cantidades de luz. La luz es luego dispersada por la red cósmica, haciendo visible la red alrededor de los cuásares. Desafortunadamente, los cuásares son raros. Además, solo se encuentran en los nodos de la red cósmica. Como resultado, brindan una vista limitada.
Por primera vez, los investigadores han logrado ver una pequeña parte de la red cósmica sin usar cuásares. Un equipo dirigido por Roland Bacon (CNRS, Centre de Recherche Astrophysique de Lyon, Francia) enfocó el Very Large Telescope en una parte del icónico Hubble Ultra Deep Field durante 140 horas (más de seis noches entre agosto de 2018 y enero de 2019).
Usando el Explorador Espectroscópico de Unidades Múltiples (MUSE), los investigadores pudieron capturar la luz de grupos de estrellas y galaxias que fue dispersada por filamentos de gas de la red cósmica. Esta es la luz de unos 2.000 millones de años después del Big Bang.
Las observaciones mostraron que potencialmente más de la mitad de la luz dispersa no proviene de grandes fuentes radiantes brillantes, sino de un mar de galaxias previamente desconocidas de muy baja luminosidad que son demasiado tenues para ser observadas individualmente.
Los resultados refuerzan la hipótesis de que el universo joven consistía en un gran número de pequeños grupos de estrellas recién formadas.
El coautor Joop Schaye, del Observatorio de la Universidad de Leiden, dijo: "Creemos que la luz que estamos viendo proviene principalmente de galaxias jóvenes, cada una de las cuales contiene millones de veces menos estrellas que nuestra propia Vía Láctea. Esas pequeñas galaxias probablemente fueron las responsables para el final de la 'edad oscura' cósmica, "cuando menos de mil millones de años después del Big Bang, el universo fue iluminado y calentado por las primeras generaciones de estrellas".
El coautor Michael Maseda (Observatorio de Leiden, Universidad de Leiden) agrega: "Las observaciones de MUSE no solo nos dan una imagen de la red cósmica, sino que también brindan nueva evidencia de la existencia de galaxias extremadamente pequeñas que juegan un papel tan crucial en modelos del universo temprano".
En el futuro, a los astrónomos les gustaría mapear partes más grandes de la red cósmica. Por eso están trabajando para mejorar el instrumento MUSE para que proporcione un campo de visión de dos a cuatro veces mayor.